VIDEO: El legado judío de Trnava (Eslovaquia)

Ya no quedan judíos en Trnava, aunque al menos han quedado dos sinagogas en pie reconvertidas en otros usos y su viejo cementerio todavía es visitable y se encuentra en buen estado, pese a que los neonazis lo vandalizaron en el 2010 pintando esvásticas en sus lápidas.

por Ricardo Angoso

Trnava es una ciudad eslovaca que a lo largo de su historia ha cambiado de manos en varias ocasiones, pero que desde el año 1945, en que quedó sellada la suerte de estos territorios, fue adjudicada a la nueva Checoslovaquia bajo la égida soviética. Hoy Trnava es parte de la nueva Eslovaquia fundada en 1993, nacida tras el “divorcio de terciopelo” entre checos y eslovacos que puso fin a ese Estado checoslovaco y ya integrada en las instituciones europeas.

Con respecto a los judíos, hay noticias de que ya había alguna población hebrea desde el siglo XIV e incluso algunas fuentes se remiten al siglo XII para señalar el origen de esta comunidad, que, al parecer, fue una de las más antiguas del reino de Hungría. En Wikipedia hemos encontrado algunas noticias de los judíos de Eslovaquia, que reproducimos a continuación por su interés: “Existen indicios de la existencia de judíos en la actual Eslovaquia desde mediados del siglo XIII. Desde la Edad Media en adelante, una serie de comunidades judías florecientes (communitates Judaeorum) son mencionadas en documentos históricos contemporáneos y en la literatura rabínica. Las más conocidas de estas comunidades son las de Bratislava, Senica, Trnava, Nitra, Pezinok y Trencin”.
Fuente citada y consultada:
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_los_jud%C3%ADos_en_Eslovaquia).

Sinagoga ortodoxa de Trnava

El antisemitismo, como en otras partes de Europa, también afloró en estas tierras.  En 1494, tras la propagación de una serie de alegatos de antisemitismo sostenidos en los famosos y calumniosos de libelos de sangre, en los que se acusaba a los judíos de asesinar y sacrificar niños cristianos para utilizar su sangre en rituales religiosos, los judíos de Trnava fueron condenados a ser quemados en la hoguera. La misma acusación se presentó contra los judíos de Pezinok, en 1529, ya que el gobernante de la ciudad tenía deudas pendientes con ellos. En esta ciudad treinta de los acusados también fueron quemados en la hoguera, aunque desconocemos el número exacto de los condenados en Trnava.

Más tarde, tras la batalla de Mohács (1526), los judíos fueron expulsados de las ciudades y se establecieron en las aldeas circundantes de las grandes capitales húngaras. Mas tarde, entre el siglo XVII y principios del XVIII, los judíos se encontraban nuevamente en mayor número en las fincas de los nobles húngaros, donde eran protegidos, como por ejemplo por las familias PálffyEsterházyPongrácz, y otras, quienes los pusieron bajo su protección y les concedieron algunas libertades.

Fue hasta fechas muy tardías, concretamente a finales del siglo XIX, cuando los judíos se integraron en la vida política, social, cultural y económica de la región y comenzaron a ser reconocidos sus derechos, tal como hemos podido leer en  Wikipedia: “Aunque no oficial, la emancipación de los judíos eslovacos -hasta entonces no tan integrados en la sociedad como los judíos de Bohemia y Moravia- tuvo lugar en 1896 como parte del reconocimiento de los derechos de los judíos húngaros. A su vez, el auge del nacionalismo eslovaco a finales del siglo XIX coincidió con el surgimiento de sionismo”. Entre 1790, en que apenas había 74 judíos en Trnava, y el siglo XIX,  la comunidad alcanzó un notable desarrollo y creció en número, llegando a contar con 524 miembros la misma en 1864.

En 1891 se erigió una impresionante sinagoga en la ciudad y poseía una mikveh –lugar donde se realizan los baños de purificación-, y la comunidad comienza a organizarse. Entre finales del siglo XIX y la fundación de Checoslovaquia, en 1918, se desarrolló el periodo de esplendor de la vida judía en la región. Los judíos participaban activamente en la vida económica de Trnava  y los empresarios judíos establecieron o impulsaron varias ramas industriales, como cervecerías, refinerías de azúcar y pastelerías, que dieron trabajo a cientos de personas; sus productos se vendían en el país y en el extranjero. Las fábricas textiles y las fundiciones también proporcionaban trabajo. Los médicos y abogados judíos formaban parte de la creciente clase media, que convirtió a Trnava en una ciudad moderna. Paralelamente a este desarrollo, la población judía fue creciendo: en 1880 había 1.325 judíos; en 1904 eran 1.715; en 1910 eran 2.126 y en 1930 eran 2.728. 

La otra cara de la moneda fue el antisemitismo reinante y creciente que había en la ciudad en este periodo histórico que se iniciaba con el “estreno” de Checoslovaquia como nuevo Estado en la escena europea. Trnava fue uno de los centros eslovacos del antisemitismo. Allí se fundó el primer partido antisemita de Eslovaquia, la Hermandad Blanca (Biel Bratstvo), que publicaba literatura antisemita, del tipo como los Protocolos de los Sabios de Sion, y también panfletos que denigraban a los judìos. El feroz antisemitismo de esta pequeña organización influyó en las tropas de asalto eslovacas, las conocidas como Rodobrana y la Guardia Hlinka, y fueron el germen del futuro Estado fascista. En diciembre de 1938, la sinagoga, que todavía estaba en pie, fue incendiada por la multitud alentada por esos grupos fascistas. 

Seguramente, en marzo de 1939, cuando se fundó la colaboracionista República Eslovaca, un Estado de corte fascista tutelado por la Alemania nazi, había en toda Eslovaquia unos 90.000 judíos, de los cuales algo menos de tres mil residían en Trnava. Esta ciudad fue una de las primeras eslovacas en deportar judíos a campos de exterminio en Polonia en 1942. En 1941, la población judía aumentó con la expulsión de cientos de judíos de Bratislava. El primer transporte que salió de Eslovaquia partió de Trnava el 12 de abril de 1942. En total, fueron deportados unos 2.500 judíos de Trnava. Como en tantos lugares de Europa, el Holocausto truncó la existencia de una comunidad con un gran arraigo y larga historia. Según datos fiables, unos 65.000 judíos eslovacos fueron enviados a los campos de la muerte con la ayuda y colaboración de las autoridades fascistas eslovacas. 

En 1947, en Trnava vivían 336 judíos. Después de la guerra, la sinagoga, que antes estaba en uso, se convirtió en un monumento en memoria de los judíos asesinados en Trnava. Durante el régimen comunista, el monumento fue destruido y las nuevas autoridades comunistas fomentaron la emigración de los escasos judíos que todavía quedaban en la ciudad, proceso que se aceleró tras la guerra de los Seis Días, en 1967, en que los países comunistas apoyaron al mundo árabe en contra de Israel, y el final de la Primavera de Praga, en 1968, cuando los tanques soviéticos ahogaron en sangre las ansias de libertad del pueblo checoslovaco. En 1989, cuando cayeron los regímenes comunistas en Europa del Este, quedaban 15 judíos en Trnava y desconocemos cuantos quedaran en la actualidad, pero seguramente menos de una decena.

DOS SINAGOGAS Y UN CEMENTERIO, ÚNICOS VESTIGIOS JUDÍOS DE TRNAVA

Cementerio judío de Trnava

Quedan dos sinagogas en pie en Trnava: la Status Quo Ante y la Sinagoga Ortodoxa. Con respecto a la primera de ellas, hay que reseñar que se terminó de construir en 1891 o 1897 y fue diseñada por Jakob Gartner en los estilos neomorisco y neobizantino. La sinagoga fue devastada en la Segunda Guerra Mundial y en la década de los noventa fue restaurada, rehabilitada y convertida en un centro de arte contemporáneo, que alberga la galería Ján Koniarek, y acoge una serie de exposiciones y conciertos durante todo el año, sobre todo de artistas locales.

En las páginas de la Oficina de Turismo de Trnava hemos podido leer esta reseña sobre la Sinagoga Ortodoxa todavía abierta y convertida en un café, que reproducimos a continuación: “Se desconoce el año exacto de su fundación, pero ya en 1895 estaba marcado en un mapa de la ciudad. La Sinagoga Ortodoxa, así como la Sinagoga Status Quo Ante, se construyó respetando las normas de la época. La sinagoga ortodoxa se llama “Pequeña Sinagoga” debido a su tamaño. Es un edificio de salón sin torres, orientado de este a oeste, y esconde muchas bellezas en su interior. Una de ellas son las galerías interiores de mujeres sostenidas por columnas de hierro fundido. Además de estas galerías, en el interior se conservan varios detalles originales de arte y artesanía históricos y restos del mural original”.  Actualmente el lugar es una cafetería muy bella abierta al público y, por lo que pude ver durante mi visita, muy concurrida por los lugareños y visitantes.

Cementerio judío de Trnava

Finalmente, nos referiremos al cementerio judío, que fue Inaugurado en 1856, y que goza de un diseño ecléctico, presentando muchas formas y estilos arquitectónicos de gran interés monumental. . Durante la Segunda Guerra Mundial, el cementerio se convirtió en un feroz campo de batalla, cuyas marcas aún son visibles en muchas lápidas y su actividad, debido a la casi total desaparición de la comunidad judía local, decayó durante el periodo comunista. El 30 de julio de 2010, el cementerio fue profanado con dibujos de esvásticas y pintadas antisemitas. Además, algunas lápidas fueron rotas y sus trozos son bien visibles tirados por el recinto sin que nadie reparara las mismas. Pese a todo, es muy bello, está relativamente limpio y cuidado.

Fotos: Del autor de la nota.

Vìdeo del cementerio judío de Trnava 

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