Por Yehoshua Kalisky
El dron explosivo de cuatro motores que cayó en el asentamiento de Yitzhar es el segundo dron lanzado en la misma zona en un corto período de tiempo, lo que indica una mejora en la curva de aprendizaje y las capacidades técnicas de los terroristas de Judea y Samaria [Cisjordania].
Durante la Operación Espadas de Hierro, tanto Hamás como Hezbollah utilizaron ampliamente drones explosivos y suicidas.
Los intentos anteriores de lanzar artefactos explosivos como granadas o bombas RPG desde drones en los conflictos entre Israel y Hamás habían fracasado.
Sin embargo, como se vio en el ataque del 7 de octubre de 2023, Hamás logró un éxito táctico al neutralizar las cámaras de vigilancia y otros sistemas a lo largo de la frontera de Gaza, utilizando principalmente drones con explosivos y suicidas.
Los drones pertenecen a la familia de vehículos aéreos no tripulados (VAN).
Por lo general cuentan con cuatro motores (cuadricópteros) o más (algunos llevan entre seis y ocho motores) y son capaces de transportar artefactos explosivos improvisados o municiones estándar.
Estos drones pueden dirigirse a un objetivo, sobrevolarlo y dejar caer su carga con gran precisión, causando daños y obligando a las fuerzas de combate a pasar del modo ofensivo al defensivo.
Los drones cuentan con varias ventajas, entre ellas: bajos costos de producción, disponibilidad, facilidad de fabricación y operación, capacidades de sigilo (debido a materiales para su construcción que no son detectados por el radar y perfiles de vuelo flexibles) y un potencial para integrar diversas mejoras tecnológicas.
Sin embargo, el tiempo que un dron puede permanecer en el aire está limitado por la fuente de energía de su motor y el alcance de comunicación con el operador.
Debido a su bajo costo y simplicidad operativa, existe una creciente preocupación de que los terroristas en Judea y Samaria aumenten el uso de enjambres de drones para atacar infraestructura civil o militar en Israel.
El descubrimiento del dron explosivo en Yitzhar sirve como una llamada de atención para el establishment de seguridad y exige atención urgente.
Es fundamental aprender de los errores pasados, como la desestimación inicial de los cohetes Qassam de Hamás como simples “tubos voladores” por parte de los portavoces oficiales, una subestimación que luego les permitió convertirse en una amenaza estratégica contra las ciudades y la infraestructura israelíes.
Esta evolución debería suscitar preocupación; pero, lo que es más importante, se requiere atención y pensamiento creativo para contrarrestar y neutralizar esta amenaza emergente en un nuevo frente, ¡algo que es alcanzable y está a nuestro alcance!
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