“A más de un siglo del genocidio armenio perpetrado por el Imperio Otomano, la memoria colectiva sigue siendo una herramienta fundamental para las nuevas generaciones”. Así lo expresó la historiadora Néilda Boulgourdjian en diálogo con Radio Jai, donde repasó las claves históricas, sus consecuencias en la diáspora y el papel de la educación en la transmisión de la memoria.
“El genocidio armenio no es solo un hecho del pasado, es una herida que sigue abierta para muchas familias, porque el reconocimiento y la justicia aún están pendientes en varios niveles”, explicó Boulgourdjian. La historiadora destacó que este año se cumplen 110 años del inicio del exterminio sistemático de 1,5 millones de armenios, y que el recuerdo no debe limitarse a una fecha conmemorativa.
Durante la entrevista, también hizo hincapié en la importancia del rol que juega la comunidad armenia en Argentina, uno de los países con mayor número de descendientes en la región. “La diáspora en Argentina fue clave para sostener la identidad armenia. La escuela, la iglesia, las instituciones culturales: todos estos espacios ayudaron a mantener viva una historia que muchas veces se quiso borrar”, afirmó.
Consultada sobre el valor de la memoria en contextos actuales, Boulgourdjian fue contundente: “Recordar no es quedarse en el pasado, es una forma de construir futuro. La memoria es la única garantía de no repetición”.
Finalmente, hizo un llamado a la educación como herramienta esencial para luchar contra el negacionismo: “La historia no puede relativizarse. Enseñar sobre el genocidio armenio es enseñar sobre derechos humanos, sobre justicia, y sobre la dignidad humana”.
A 110 años del crimen que marcó a toda una nación, la memoria sigue siendo una forma de resistencia y una deuda pendiente con la verdad.
Escuche la entrevista completa.