Las falsas banderas de Codepink

Beatriz W. de Rittigstein

En EE.UU., una de las organizaciones que engaña usando supuestas obras humanitarias tratando de confundirlas con sus propias campañas de desinformación y violencia es Codepink que, simultáneamente, sostiene vínculos con tiranías e incluso con grupos terroristas.

En su perfil en X se define como “una organización feminista de base que trabaja para apuntalar la paz, los derechos humanos y poner fin a las guerras y el militarismo en EEUU”. Fue fundada en noviembre de 2002 por activistas estadounidenses, entre ellas Jodie Evans y Medea Benjamin, en oposición a la invasión a Irak.  

Las militantes de Codepink insisten en que su propósito es promover la paz y la justicia social mediante el activismo creativo y la desobediencia civil no violenta. Aunque no se dispone de una cifra de miembros, la organización subraya contar con oficinas en Los Ángeles y Washington D.C.; afirma que opera a través de una red de más de 250 capítulos autónomos en Estados Unidos y en el extranjero, con lo que intentan proyectar la imagen de una red activa de voluntarios y simpatizantes.  

Las integrantes visibles resaltan que, desde su creación, ha crecido en alcance y soporte. No obstante, con la excusa de que Codepink no tiene un sistema formal de membresía, estiman una cifra que no pueden probar; de este modo, evalúan que la organización abarca una base de apoyo de más de 500,000 personas a nivel mundial. 

Sin embargo, mucho de lo que alegan las representantes de esta organización es falso; hablan de cientos de miles de miembros, pero en sus actividades no se cuentan más de una decena de individuos, nunca se ha observado una nutrida participación y siempre son las mismas mujeres que procuran llamar la atención con interrupciones, gritos y escándalos. Incluso, hasta el nombre de una de sus fundadoras, Medea, es falso, en realidad se llama Susan.

Sus reclamos son absolutamente parcializados, benefician a dictaduras en América Latina y aunque declaran que se enfocan especialmente en los impactos desproporcionados de los conflictos armados sobre las mujeres y las comunidades vulnerables, en la práctica no han desplegado muestras en amparo de las mujeres oprimidas, por ejemplo, en Afganistán, a las que se les hace imposible estudiar o recibir atención médica. Tampoco se les ha visto en alguna protesta en contra del maltrato a las mujeres obligadas a usar hiyab en Irán.

Por el contrario, sus manifestaciones favorecen a grupos terroristas, yihadistas y genocidas como Hamás. Hace más de un año se hizo viral un video en el que se ve a la mujer que se hace llamar Medea Benjamin interceptando en los pasillos del Capitolio al entonces senador estadounidense Marco Rubio, a quien le pide explicaciones por su respaldo a Israel en el ataque a Gaza. Rubio fue claro, dijo: “Quiero que destruyan a todos los elementos de Hamás que tengan en sus manos. Ellos son unos viciosos animales que han perpetrado horribles crímenes”; Benjamin lo apremió por los civiles gazatíes que han muerto y Rubio destacó que eso también es culpa de Hamás que los utiliza como escudos humanos. Descaradamente, Medea Benjamin no mencionó la masacre perpetrada por Hamas el 7 de octubre de 2023, en el sur de Israel ni a los 251 secuestrados y torturados en Gaza.

Hace pocos días, Codepink, grupo que, más que defender causas justas, se desenvuelve como propagandista, señaló que el buque Conscience (parte de la “Flotilla de la Libertad”, que desafía el bloqueo marítimo de Israel a Gaza), anclado en aguas internacionales cerca de Malta, presuntamente fue atacado por drones. Este grupo acusa a Israel e indica que “el Conscience no portaba armas ni representaba ninguna amenaza”. Pero, el canal de noticias saudí Al Arabiya citó a una fuente de seguridad occidental, la cual informó que esa flotilla de ayuda había sido organizada por Hamás y que los que estaban a bordo planeaban enfrentarse a las tropas de Israel al acercarse a la costa de Gaza.

Dado que la experiencia ha mostrado las artimañas de estos movimientos, cabe preguntar: ¿por qué no se dirigieron abiertamente al puerto de Ashdod y entregaron la carga humanitaria para ser llevada a Gaza? Porque resulta muy probable que su verdadero interés no radica en el bienestar de los gazatíes.

La entrada Las falsas banderas de Codepink se publicó primero en Aurora Israel Noticias en Español.