Por Sarit Zehavi
En las últimas semanas, se ha desatado un intenso drama al norte de la frontera norte de Israel con Siria.
Las comunidades drusas del sur de Siria, ubicadas a solo decenas de kilómetros de los Altos del Golán israelíes, han experimentado un aumento de las tensiones con fuerzas afines al régimen de Ahmed Al Shaara en Siria.
Para Israel, cuya propia población drusa está profundamente integrada en su tejido nacional y de defensa, mantenerse al margen no era una opción.
¿Por qué intervino Israel?
Porque ellos lo pidieron y por un profundo vínculo.
Aproximadamente 150.000 drusos viven en Israel, incluidos los del Golán.
A diferencia de muchos grupos minoritarios, los drusos han demostrado constantemente su lealtad al Estado.
Sus hijos sirven en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como parte del reclutamiento obligatorio, junto a los soldados judíos.
Ignorar su petición nunca estuvo sobre la mesa.
Pero más allá del imperativo moral, yace un interés estratégico.
Cuando los grupos minoritarios cercanos a la frontera se debilitan, a menudo se convierten en aliados de fuerzas yihadistas hostiles, como las afiliadas al nuevo régimen sirio.
Los recientes enfrentamientos entre combatientes drusos y militantes de Al Shaara subrayan el riesgo.
Si bien aún no se ha producido ninguna masacre, el peligro sigue siendo muy real.
La respuesta de Israel fue clara y calculada.
Se transmitieron mensajes a través de diversos canales, incluyendo ataques aéreos selectivos cerca del Palacio Presidencial sirio en Damasco y ataques directos a la capacidad operativa de Al Shaara.
Estas acciones tenían objetivos tanto inmediatos como regionales más amplios.
El panorama sirio está fragmentado por milicias.
Incluso cuando se unen nominalmente al ejército sirio oficial, rara vez se desarman por completo.
Los drusos comprenden esta realidad, e Israel también.
Dejar a los drusos de Siria indefensos no era una opción, especialmente dada la dura lección aprendida por Israel de la masacre del 7 de octubre de 2023: permitir que un monstruo yihadista crezca sin control en la frontera es inaceptable.
Hoy en día, aunque la mayoría de las aldeas drusas se encuentran a decenas de kilómetros de Israel, su estabilidad sigue siendo crucial.
Protegerlas no es solo una cuestión humanitaria, sino un imperativo de seguridad nacional para salvaguardar el Golán y sus comunidades.
Existe un amplio consenso en Israel sobre la importancia de prevenir una masacre de drusos en Siria.
La mejor manera de hacerlo sigue siendo objeto de debate: se están considerando ataques aéreos, ayuda humanitaria y otras formas de apoyo.
Por ahora, la situación se ha calmado, pero Israel se mantiene alerta, preparado para actuar si las tensiones vuelven a estallar.
Fuente: Alma – Research and Education Center
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