El impacto de “Matate Amor”: Ariana Harwicz en el Festival Internacional de Escritores en Israel

La escritora judía argentina Ariana Harwicz continúa ganando reconocimiento internacional por su obra literaria. Radicada en Francia desde 2017, Harwicz será parte del Festival Internacional de Escritores en Jerusalén, y además presentará su trabajo en el Instituto Cervantes de Tel Aviv y en la Cinemateca de Jerusalén. Todo esto sucede al mismo tiempo que Matate Amor, su novela publicada originalmente en 2012, fue llevada al cine bajo el título Die My Love y competirá en el Festival de Cannes.

Voy a estar en el Festival de Escritores en Jerusalén y también presentando películas en la Cinemateca y en el Cervantes de Tel Aviv”, confirmó Harwicz en diálogo con Coffee Break. La autora se muestra agradecida, aunque consciente del contexto: “Conozco muchos escritores que no hubiesen ido al festival de Jerusalén en este contexto. Es difícil, muy difícil”.

El éxito de su obra no se detiene. Matate Amor, que tuvo una versión teatral dirigida por Marilú Marini y protagonizada por Érica Rivas, fue adaptada al cine con una producción encabezada por Martin Scorsese y un elenco que incluye a Jennifer Lawrence y Robert Pattinson. La escritora admite que no sabe cómo llegó su libro a manos del director neoyorquino: “Durante la pandemia estaban todos ávidos de material. No cómo llegó la productora de Scorsese. Supongo que contactaron a mi agente en Berlín”.

Harwicz también habló sobre el contexto europeo que inspira su escritura. Desde el campo francés, donde reside, convive con un entorno solitario pero no ajeno a los conflictos contemporáneos. “Una porteña de Villa Crespo en este campo medieval francés genera un choque cultural fuerte. Ese choque me inspiró bastantes novelas”, explicó. Y agregó: “El clima para los artistas es muy hostil. Si yo fuese dentista, sería distinto”.

La escritora no esquiva temas incómodos y se pronuncia sobre lo que considera una doble vara en el ámbito cultural: “No se habla de Sudán, de la parte de género en Afganistán, de las ejecuciones en China o Irán. Cada época elige sus causas. Algunos combates son más fáciles que otros”.

Pese a las presiones y al riesgo de cancelación, Harwicz defiende la libertad como pilar de la creación artística. “Lo único que importa es la obra. Cuando Almodóvar esté muerto, se lo juzgará por sus películas, no por la gacetilla que firmó a favor o en contra de algo”, afirmó. Y concluyó: “La única condición para escribir es la libertad. No hay que hacer concesiones, porque si lo hacés, la obra lo siente”.

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