En una medida sin precedentes y altamente polémica, el gobierno de Donald Trump revocó el permiso de la Universidad de Harvard para matricular estudiantes internacionales, una decisión que afecta directamente a miles de alumnos extranjeros, incluidos estudiantes judíos e israelíes.
Según el comunicado oficial del Departamento de Seguridad Nacional, Harvard elimina su certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio, lo que significa que no podrá admitir nuevos estudiantes extranjeros y que los actuales deberán transferirse o abandonar el país.
“Hasta donde sabemos, la prohibición es universal. No hay excepciones. No es esto lo que necesitábamos. Muchos israelíes están muy molestos, porque ya estábamos lidiando con una situación difícil en el campus y ahora, además, somos castigados”, afirmó Genia Lukin, una estudiante de doctorado israelí en psicología en Harvard.
La decisión afecta a unos 6.800 estudiantes internacionales, más de una cuarta parte del alumnado total de Harvard. La administración Trump sostiene que la universidad “fomenta la violencia, el antisemitismo y la colaboración con el Partido Comunista Chino.”
Los estudiantes afectados se enfrentan a decisiones difíciles: buscar otro país para continuar sus estudios, transferirse a otra universidad o intentar finalizar sus programas de manera remota.
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