La prolongada tensión en Medio Oriente sumó en los últimos años un nuevo foco de conflicto: los ataques del grupo rebelde hutí desde Yemen. Mientras Estados Unidos y el Reino Unido han cesado sus operaciones ofensivas en la zona, Israel continúa con acciones militares para frenar una amenaza que se mantiene constante y que compromete la seguridad de la región.
El profesor Ely Karmon, investigador principal del Instituto Internacional para la Lucha contra el Terrorismo y miembro del Instituto de Política y Estrategia del Centro Interdisciplinario de Herzliya, explicó que “los misiles lanzados desde territorio hutí siguen impactando en la región, y Israel se ha quedado prácticamente aislada y sola en su respuesta militar”. Las acciones israelíes apuntan a infraestructuras clave como puertos, aeropuertos y bases aéreas bajo control hutí.
Aunque el vínculo entre los hutíes e Irán se mantiene a través del contrabando de misiles y tecnología, Karmon advierte un fenómeno nuevo: el liderazgo hutí busca presentarse como una fuerza independiente. “Reclutan jóvenes del Cuerno de África y organizan manifestaciones que apuntan a consolidar una identidad autónoma. Esto los convierte en un actor regional con agenda propia”, aseguró.
La falta de una coalición militar eficaz en Yemen limita el impacto de las operaciones israelíes. Si bien la fuerza aérea de Israel ha logrado mantener su flota intacta —a diferencia de EE. UU., que ha sufrido bajas—, el grupo rebelde mantiene su capacidad ofensiva.
La voluntad política, según Karmon, está condicionada por las negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán. El expresidente Donald Trump habría solicitado directamente al primer ministro Benjamin Netanyahu evitar acciones militares que pudieran afectar el proceso diplomático con Teherán. “Esto limita severamente la capacidad de respuesta de Israel”, remarcó el académico.
En el plano político, Karmon fue categórico al afirmar que la figura de Trump puede generar una sacudida interna en Israel. “Trump busca logros rápidos, incluso a costa de los intereses israelíes, y tiene una relación estrecha con potencias del Golfo. En cambio, Biden, aunque con menos margen de maniobra, siempre fue un verdadero amigo de Israel”, dijo.
Finalmente, el experto consideró que el expresidente republicano podría ser el único con fuerza para provocar una eventual caída del actual gobierno israelí liderado por Netanyahu. “Trump tiene una estrategia centrada en sí mismo, mientras Biden, a pesar de sus límites, mantiene un compromiso con los valores democráticos y con la seguridad de Israel”, concluyó.
Las palabras del profesor Karmon dejan entrever un escenario complejo en el que las amenazas militares y las presiones diplomáticas se entrelazan, y donde la autonomía de grupos como los hutíes introduce nuevas variables en un tablero ya inestable.
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