Jerusalén vivió una jornada de alta tensión y simbolismo. Manifestaciones paralelas — el desfile del orgullo gay y la concentración de la derecha frente a la Corte Suprema— revelaron un país fragmentado en lo político, lo religioso y lo social. El periodista Jonathan Meta lo resume con crudeza: “Parece que hay tres países dentro de Israel”.
El alcalde de Jerusalén, Moshe León, aporta una definición que ilustra esta diversidad: “La ciudad está dividida en tercios: ortodoxos, árabes y laicos”. En ese contexto, Meta lamenta que la convivencia se vea cada vez más marcada por diferencias irreconciliables. El fenómeno no es nuevo, pero sí se ha profundizado tras el 7 de octubre y la guerra en Gaza.
Una de las principales críticas que realiza el analista se dirige a la denominada “gran marcha de la derecha”, a la que califica como un acto populista “al estilo Trump”. El ministro de Asuntos de la Diáspora, Amijai Chikli, pidió perdón por no haber avanzado aún en la reforma judicial, y prometió hacerlo ahora porque “la guerra ya no es un obstáculo”. Para Meta, estas palabras revelan una desconexión con la realidad: aún hay rehenes en manos de Hamás y soldados que mueren a diario. “Actúan como si la guerra hubiese terminado, pero no es así”, sostiene.
En ese mismo tono crítico, se refirió a un audio filtrado del primer ministro Benjamín Netanyahu en el que se lo escucha planear la destitución de los ministros de defensa y general en jefe de Tzahal por impulsar la controvertida ley de enrolamiento para los ultraortodoxos. “Esto demuestra que las prioridades no son humanitarias, sino políticas. No se piden disculpas por los secuestrados ni por los soldados muertos, ni siquiera los del sionismo religioso”, remarcó Meta.
Otro punto sensible que abordó fue la desigualdad estructural entre sectores de la sociedad israelí. Señaló el contraste entre quienes trabajan, pagan impuestos y sirven en el ejército, frente a los ultraortodoxos que gozan de exenciones y privilegios. Cuestionó además que se tolere el discurso radical de algunos líderes jaredíes, que sería inaceptable si viniera del liderazgo árabe.
Finalmente, denunció un doble estándar en el sistema político: “A políticos árabes moderados como Mansour Abbas se los deslegitima, mientras se acepta el extremismo de los ortodoxos sin cuestionamientos”.
El periodista anticipó que se avecina un escándalo en torno a Yasera Bushebab, líder de una agrupación vinculado al ISIS que Israel reconoce estar armando en Gaza para que combata a Hamas. El analista pone en contexto esta situación en el marco de una política de décadas que intentó dividir a los palestinos para que no se creara un estado y engendró al hamas,
Escuche la entrevista