El cementerio judío de Trieste

Bello, limpio y bien cuidado, este lugar nos recuerda el importante pasado judío de una ciudad que era considerada la “puerta de Sión” antes de la Segunda Guerra Mundial.

por Ricardo Angoso

Este gran camposanto judío es, casi con toda seguridad, uno de los más antiguos de Italia y pertenece a una comunidad también de larga historia asentada en esta bella ciudad italiana a orillas del Adriático.

En unas páginas de turismo italiano y viajes hemos podido leer esta reseña muy ilustrativa sobre los orígenes del lugar: “El actual cementerio judío de Trieste se encuentra en la Via della Pace, junto al cementerio católico de Sant’Anna y cementerios reservados para otras confesiones. Su origen se remonta a mediados del siglo XIX, cuando el antiguo cementerio de la Via del Monte, que había servido a los judíos de Trieste desde 1446 y que ahora se extendía hasta la colina de San Giusto, ya no era lo suficientemente grande para sus necesidades. Por lo tanto, se estableció un nuevo cementerio, a expensas del ayuntamiento de Trieste, en la Via della Pace, lejos de la zona residencial de la ciudad”.
Página citada y consultada: https://www.visitjewishitaly.it/en/listing/cemetery-14/

Sobre las familias y personajes que están enterrados en este lugar, hemos encontrado algunos datos en otra página dedicada a la ciudad de Trieste y sus encantos turísticos:”Es aquí, en este exuberante y escondido jardín de la eternidad, donde descansan algunas de las familias más influyentes de Trieste desde 1843. Los imponentes monumentos funerarios de los Morpurgo-Parentes y Vivantes (Assicurazioni Generali), Luzzatto, Coen-Aras, Segrès, Eppinger (primer propietario de la pastelería La Bomboniera), Stock y Casali (fábrica de licores Stock), Modiano y muchos más se yerguen, a menudo peligrosamente inclinados, a merced del musgo y las enredaderas, para recordarnos un tiempo pasado, cuando la comunidad judía de Trieste contaba con 6.000 personas procedentes de todo el mundo. Desde Grecia, el norte de África, Europa del Este, Alemania hasta Portugal, estas familias formaban parte del alma centroeuropea de Trieste”.
Fuente citada y consultada:
https://www.intrieste.com/2021/06/30/triestes-old-jewish-cemetery-the-secret-garden-of-eternity/.

Debemos precisar, como ya hemos explicado antes, que  este lugar no es el originario fundado en 1446, sino que fruto de los avatares de la historia el cementerio fue trasladado a su actual emplazamiento por la prohibición local de tener cementerios en la urbe. Como la tradición judía prohíbe la exhumación y el traslado de tumbas (el nombre hebreo de los cementerios judíos es  beth olam, la puerta a la vida eterna, lo que significa que los muertos deben permanecer para siempre en el mismo lugar en el que fueron enterrados), el amplio cementerio de San Giusto utilizado por la comunidad judía fue confiscado por el municipio de Trieste y transformado en un parque en 1909 (hoy Parco della Rimembranza). El primer enterramiento en este lugar data de 1853.

En lo que respecta a la historia de la comunidad, hay que reseñar que el periodo de esplendor de la misma se da entre el siglo XVIII y la llegada de los fascistas al poder en Italia, en 1922. Esta ciudad, que fue el gran puerto del Imperio Austro-Húngaro, y conoció el crecimiento, el desarrollo y la integración de los judíos en la sociedad durante los años imperiales. El 19 de abril de 1771, la emperatriz María Teresa de Habsburgo concedió patentes soberanas (reglamentos) a los judíos de Trieste a quienes se les concedió mayores libertades; este proceso continuó con su hijo José II quien con el Edicto de tolerancia de 1782 admitió a los judíos como miembros de la Bolsa de Valores y a las nuevas profesiones liberales. Al año siguiente se creó la primera Escuela Israelita Elemental con el nombre de Scuole Pie Normali Israelitiche y en 1784 también se abrieron las puertas del gueto y, por lo tanto, los judíos de Trieste tuvieron la oportunidad de convivir con ciudadanos de otras religiones. En el siglo XIX los judíos continuaron en el camino de la emancipación asumiendo roles importantes en los campos de los estudios, la industria, el comercio e incluso los seguros (Assicurazioni Generali de Trieste fue fundada por tres judíos). Informaciones obtenidas y extraídas de: 
https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_jud%C3%ADa_de_Trieste

DEL ESPLENDOR  A LAS LEYES RACIALES DE MUSSOLINI

A principios del siglo XX la comunidad judía desarrolló una notable actividad. En 1912 se inauguró la nueva Gran sinagoga, reemplazando así las cuatro antiguas más pequeñas. Sin embargo, además de la nueva sinagoga otra, de menores dimensiones, seguía funcionando en Via del Monte. De hecho en Trieste había judíos de rito sefardí, especialmente los de Venecia y Grecia, y judíos de rito asquenazí, provenientes del interior del Imperio austrohúngaro, especialmente de la Polonia austríaca (Cracovia y Lviv, fundamentalmente). En 1931, Trieste contaba con 5.025 judíos, en 1938 casi 7.000 (el 85% de toda la comunidad judía de Venecia Julia y Zara), de los cuales aproximadamente una cuarta parte, sin embargo, no tenía la nacionalidad italiana. Eran refugiados, en su gran mayoría, huyendo del nazismo y de las medidas antisemitas en Alemania y Austria, país que había sido anexionado por los alemanes en 1938.

Este periodo histórico previo a los años veinte y hasta mediados de los treinta, son la “segunda edad de oro” de la comunidad, tal como nos relata una nota que nos habla de su rico pasado intelectual y el legado judío: “También fue una capital intelectual, donde los judíos, antes y después de 1918, desempeñaron papeles importantes como escritores (Italo Svevo, Umberto Saba, el editor Roberto Bazlen, Giorgio Voghera) y como pintores (Isodoro Grünhut, Gino Parin, Vittorio Bolaffio, Arturo Nathan, Giorgio Settala y Arturo Rietti). La presencia de Edoardo Weiss (1889-1970) en la ciudad la convirtió en la cuna del psicoanálisis italiano. Durante la primera mitad del siglo XX, Trieste fue también uno de los puertos de salida de los judíos. La emigración a Palestina fue profundamente sentida por los judíos de esta ciudad y muchos emigraron hacia la nueva patria judía”.
Fuente citada y consultada:
https://jguideeurope.org/en/region/italy/friuli-venezia-giulia/trieste/

En 1938, Mussolini proclamó precisamente en Trieste sus famosas y polémicas “leyes raciales”, a imagen y semejanza de las “leyes de Nuremberg”, e Italia se implicó en la Segunda Guerra Mundial del lado de Alemania tras la ocupación de Polonia, a fines de septiembre de 1939, por los alemanes. A partir de 1940 hubo ataques contra la comunidad judía. Con la ocupación nazi, tras la caída de Mussolini, hubo operativos de redadas contra los judíos el 9 de octubre de 1943 y el 20 de enero de 1944, cuando el objetivo eran los ancianos y los enfermos de la residencia judía “Pia Casa Asilo Gentilomo“, ubicada en calle di Cologna 29. Hacia la tarde del 20 de enero de 1944 llegaron los soldados nazis con uno o dos autobuses de la línea diez de la ciudad. Los judíos ancianos y enfermos, allí hospitalizados, fueron brutalmente subidos a los autobuses y llevados a la Risiera di San Sabba, lugar que fue en tiempos  un molino para el descascarillado de arroz. Desde allí fueron llevados a la cercana estación de tren de Trieste-San Sabba, con destino a Auschwitz, donde terminaron en las cámaras de gas y hornos crematorios. (Datos e informaciones procedentes de Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_jud%C3%ADa_de_Trieste).

Hay que reseñar que Trieste fue la única ciudad italiana que tuvo el lúgubre honor de haber contado con un campo de concentración y que incluía cámara crematoria, funcionando la misma casi hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en el III Reich. El recinto carcelario de uso criminal por sus verdugos se encontraba en la ya citada Risiera di San Sabba, a apenas un par de kilómetros del centro la silenciosa, tranquila y me atrevería a decir que hasta inocente ciudad de Trieste. Según cálculos fiables, entre 3.000 y 5.000 personas fueron asesinadas en ese macabro lugar entre el otoño de 1943 y el final de la guerra, en abril de 1945. Tras la guerra, solamente quedaban unos 2.300 judíos en Trieste.

Tras el final de la contienda mundial, y una vez que en virtud de un arbitraje internacional la ciudad fue adjudicada a Italia y no a Yugoslavia, como pretendían las autoridades de Belgrado, la comunidad judía comenzó de nuevo sus actividades y la sinagoga abrió sus puertas. Sin embargo, en los últimos tiempos ha decrecido mucho y también se ha envejecido, según me contaron algunos de sus miembros; actualmente cuenta con algo más de 600 judíos y a la baja. La mayor parte de sus miembros son muy mayores y la vida comunitaria se ha reducido en los últimos años.

Finalmente, quiero reseñar que la comunidad judía de Trieste trabaja incansablemente para preservar este lugar tan especial, que alberga una parte importante de las raíces históricas y culturales de la ciudad. Muchas de las lápidas y tumbas monumentales han sido restauradas, y muchas otras requieren atención urgente.

Dirección: Via della Pace, 4

Se recomienda una visita guiada (las visitas suelen ser gratuitas). Puede reservar a través de la comunidad judía de Trieste llamando al 040 371466 o enviando un correo electrónico a: info@triestebraica.it.

También puede consultar su sitio web: www.triestebraica.il

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