El vocero de las FDI, Roni Kaplan, confirmó que Israel atacó para frenar 15 bombas nucleares iraníes a días de ser completadas

Con una ofensiva sin precedentes, Israel atacó infraestructura nuclear y militar en Irán. El vocero del Ejército confirmó en Radio Jai la eliminación de altos mandos y advirtió sobre una amenaza existencial. La oposición israelí respaldó la operación, reforzando su legitimidad.

En una maniobra militar de gran escala, el Estado de Israel puso en marcha la operación denominada “León Ascendente”, dirigida contra objetivos estratégicos en Irán. Según confirmó el capitán Roni Kaplan, vocero del Ejército de Defensa de Israel (Tzahal) para los medios en español, el ataque involucró “200 aviones de combate que alcanzaron docenas de objetivos militares” ubicados a más de 2.000 kilómetros de territorio israelí.

Entre los blancos se encuentran sitios de enriquecimiento de uranio como el complejo de Natanz —uno de los más relevantes del programa nuclear iraní—, fábricas de misiles balísticos, un aeropuerto militar en Tabriz y líderes clave del régimen, incluyendo al jefe de la Fuerza Aérea de las Guardias Revolucionarias y al jefe del comando de emergencia iraní. “No es una acción contra el pueblo iraní, sino contra un régimen que lidera una campaña de terror directa e indirecta contra Israel”, aclaró Kaplan.

Como respuesta inmediata, Irán lanzó más de 100 drones y misiles contra Israel. “La enorme mayoría fueron interceptados fuera del espacio aéreo israelí”, afirmó el vocero militar, aunque también reconoció que “no podemos decir aún que el 100% han sido neutralizados”. En este sentido, sostuvo que la amenaza persiste, no sólo por la ofensiva balística, sino por el potencial nuclear del régimen: “Era la última opción. Irán estaba a unos días de lograr fabricar 15 bombas atómicas. No podíamos permitirlo”, sentenció.

La ofensiva se desarrolla en un contexto de fuerte inestabilidad política interna en Israel, con un gobierno que recientemente estuvo al borde del colapso parlamentario. No obstante, la operación contó con el respaldo expreso de la oposición. “La oposición actuó con responsabilidad y apoyó la necesidad de esta acción”, destacó uno de los conductores del programa en el que participó Kaplan, aludiendo a figuras como Yair Lapid. Para el ejército, este respaldo político amplía la legitimidad de la intervención tanto dentro como fuera del país.

Por ahora, la operación continúa en fase ofensiva inicial. “Es una ofensiva de apertura, precisa, preventiva y dirigida al régimen iraní”, explicó Kaplan. Sobre el futuro, subrayó que cualquier posible acuerdo con Irán dependerá del plano político: “Nosotros seguimos directivas políticas. Las decisiones estratégicas sobre negociaciones o pausas las tomarán los líderes del gobierno”. Mientras tanto, el ejército mantiene 60.000 reservistas activos en cooperación con las tropas regulares.

El trasfondo geopolítico sigue siendo complejo. Israel espera que esta acción contribuya a disuadir la amenaza iraní y, eventualmente, abra la puerta a nuevos acuerdos de paz en la región. En palabras del capitán Kaplan: “Esperamos algún día poder vivir en paz también con el pueblo iraní, como lo hicimos en el pasado”.

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