El reciente ataque israelí contra objetivos nucleares en Irán fue una operación “impecable y sorpresiva”, según destacó Ignacio Montes de Oca, periodista y escritor. “Israel realizó un ataque aéreo preciso acompañado de un sistema de drones introducidos por el Mossad para neutralizar misiles balísticos y de crucero”, explicó.
Además de destruir sistemas militares críticos, la ofensiva incluyó ataques selectivos contra altos mandos militares y científicos iraníes en Teherán, con el objetivo de “descabezar” el programa nuclear iraní y limitar su capacidad de respuesta. Montes de Oca destacó que esta estrategia permitió a Israel neutralizar una parte clave del programa, aunque no su totalidad.
Respecto a las posibles respuestas de Irán, Montes de Oca señaló que el país tiene tres caminos posibles: “Defensa territorial, ofensiva con misiles o represalias híbridas a través de sus proxies, que incluyen terrorismo, ciberataques y el fomento del antisemitismo”. Este último punto subraya la preocupación por posibles amenazas no solo a Israel, sino también a las comunidades judías en todo el mundo.
En el plano político, el analista recordó que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió avanzar con la operación pese a la presión de Estados Unidos para esperar las negociaciones. “Netanyahu dijo ‘Se acabó la espera’ y desobedeció el pedido estadounidense de no atacar antes de la reunión planificada para discutir el plan nuclear iraní”, afirmó Montes de Oca, resaltando la jugada política detrás de la ofensiva.
Sin embargo, el ataque no puso fin al programa nuclear iraní. Montes de Oca advirtió que Israel no pudo afectar instalaciones subterráneas clave, como la central nuclear de Busher, que cuenta con protección especial y donde se procesa uranio altamente enriquecido. “Para terminar con el plan nuclear iraní se necesita la ayuda de Estados Unidos, que posee armamento específico para atacar estas instalaciones profundas”, señaló.
Finalmente, sobre el futuro inmediato, Montes de Oca proyectó un escenario complejo y prolongado. “Se esperan 14 días de ofensivas y un conflicto que combinará acciones militares y políticas”, indicó. La estrategia israelí, agregó, busca una resolución rápida, pero la capacidad de respuesta de Irán y la presión internacional hacen prever un tablero geopolítico muy delicado que requerirá un seguimiento constante.
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