En medio de una escalada de tensiones con Irán, Israel ejecutó una operación militar de precisión que sorprendió incluso a sus propios estrategas, desmantelando una estructura vital del régimen iraní y debilitando sus capacidades de ataque inmediato. El periodista Henrique Cymerman analizó el impacto de estas acciones y las implicancias geopolíticas en curso: “Israel logró realmente desmantelar parte del poderío militar de Irán de una forma que no tiene precedentes en la historia de las guerras”. Más allá de los evidentes éxitos militares obtenidos hasta el momento, Cymerman llama a la necesaria mesura sabiendo que la guerra está en curso y puede en cualquier momento deparar hechos imprevistos. Advierte por ejemplo lo que significaría el derribo de alguno de los aviones de repatriación con 300 pasajeros a bordo o tantas otras cosas que pueden pasar en un conflicto bélico.
La ofensiva israelí, desarrollada tras años de preparación, incluyó el ataque a blancos estratégicos como líderes militares y científicos nucleares iraníes. “Mataron decenas de líderes en sus camas, neutralizaron 14 científicos en pocos minutos. Fue como un jaque mate”, destacó Cymerman. La anticipada represalia iraní, anunciada como un ataque que “marcaría la historia”, finalmente resultó hasta ahora limitada, sin alcanzar los niveles de daño advertidos.
Para el periodista, el régimen iraní busca compensar su falta de respuesta con una ofensiva comunicacional basada en el miedo. “Irán intenta usar toda la guerra psicológica que puede, amenazando con misiles hipersónicos y otros que aseguran tener 1500 kilos de carga explosiva”, explicó, aunque subrayó que esos sistemas aún no han sido utilizados de forma decisiva, y podrían estar reservados como última carta.
A nivel político, Cymerman señaló un inédito consenso en la sociedad israelí. “Hay un acuerdo absoluto dentro de Israel respecto de esta operación. Todos los sectores políticos la respaldan con orgullo, entendiendo que no había alternativa”, afirmó. También resaltó el regreso masivo de ciudadanos israelíes desde el exterior: “150.000 israelíes están volviendo a casa, mientras más de un millón de personas abandonan Teherán. Eso ya de por sí te dice todo”.
La conversación también abordó la posición de Estados Unidos y la posibilidad de una acción conjunta contra el enclave nuclear de Fordow, protegido a gran profundidad. “Solo Estados Unidos tiene el B-2, el bombardero que puede lanzar la madre de todas las bombas. Si Israel quiere atacar Fordow, solo podrá hacerlo con EE.UU.”, sostuvo Cymerman.
No obstante, el analista no duda del impacto que la operación israelí ha tenido en la percepción internacional:
Finalmente, alertó sobre la dimensión internacional del conflicto: “Irán ya tiene uranio enriquecido, misiles balísticos, y lo único que le faltaba era completar el sistema que lleva la bomba. Israel no va a esperar a que eso ocurra. Esta guerra también es contra el mundo”. Al mundo le gustan los vencedores, y también al presidente Trump”, subrayó.
Entre los apoyos más contundentes, destacó el del canciller alemán: “Israel está haciendo el trabajo sucio de todos nosotros” aunque otros, como España, se mantienen críticos y “deforman la realidad”, según lamentó.
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