Quedarse mudo

Llegué al pasado viernes 13 de junio habiendo desgravado, traducido, y editado un podcast sobre los dilemas morales de la guerra. La idea era ofrecer a nuestros lectores interrogantes y reflexiones de intelectuales ajenos nuestro círculo habitual de referentes y al mismo tiempo con criterios éticos desafiantes (ver www.tumeser.com)

Fue en vano. El frente en Irán se tragó el frente en Gaza, las especulaciones electorales en Israel, el desgaste de una guerra de más de veinte meses, la suerte de los rehenes, la suerte de los soldados israelíes en el frente, y por supuesto toda reflexión de tipo ético o moral.

Cuando una guerra justa como la que siguió al 7 de octubre de 2023 parecía agotar su razón de ser los iraníes y el deadline impuesto por Trump habilitaron el tan postergado ataque sobre Irán y su amenaza atómica. Israel hizo lo que muchos, en Israel y en el mundo, creen que debió haberse hecho mucho antes. El costo, una semana más tarde, lo está pagando sólo Israel.

Con el frente abierto en Irán (vale aclarar: también justo y justificado) lo único que nos queda es afirmar la unidad nacional, y arengar por el triunfo total. Que por otro lado, no admite otra posibilidad: el mundo no entiende que Israel no puede darse el lujo de perder.

Me ha costado unos cuantos días siquiera decir algo. En 1967 estaba cumpliendo diez años y pareció abrirse una época mesiánica, un nuevo estado de los judíos en el mundo. En 2023, con sesenta y seis años, sentí por primera vez que nos habían herido de muerte. A punto de cumplir sesenta y ocho, ¿qué me queda por decir?

Israel no dejará de existir. Sí creo que el Israel pragmático, plural, democrático, profundamente judío (en oposición al judaísmo ritual y dogmático), y sobre todo profundamente humano y humanitario, corre un grave peligro. Por eso tal vez me quedo mudo.

Porque si una semana atrás bregaba por introducir ‘el dilema moral’ como una variable de la conversación judía, hoy no me queda otra opción que callar y esperar. Cuando todo esto termine Israel será un país que buscará su rumbo hacia el futuro. Con él, los judíos del mundo.

Am Israel Jai