La escalada bélica entre Israel e Irán ha generado una crisis profunda en las zonas fronterizas del norte de Israel, afectando directamente la vida cotidiana y los servicios esenciales como la atención médica. En un testimonio exclusivo, el Dr. Alejandro Roisentul, que trabaja en el Centro Médico Ziv y reside en la ciudad de Safed, relata la difícil realidad que enfrentan tanto los profesionales de la salud como la población civil ante los constantes ataques con misiles.
“Cuando se pasa la línea roja y atacan hospitales, ya no hay ningún lugar seguro para estar”, afirma Roisentul, quien lleva 36 años dedicados a la medicina en Israel. El hospital donde trabaja no cuenta en su totalidad con la protección que los misiles balísiticos disparados por Irán requiere. “Hemos evacuado a gran parte de los pacientes, porque solo dos de las nueve salas de cirugía están protegidas contra misiles. Trabajar bajo estas condiciones es un desafío constante”, explica.
Más allá de la emergencia médica, Roisentul sostiene que la situación ha cambiado la percepción de seguridad en Israel. “Esta guerra nos obliga a replantear la protección de los espacios esenciales y la vida cotidiana de todos los israelíes. No podemos permitir que Irán tenga la capacidad bélica para amenazar nuestro país, y menos aún con armas nucleares”, advirtió.
El médico también destaca el consenso nacional en torno a la defensa contra la amenaza que representan Irán y sus grupos terroristas aliados, Hizbalá y Hamás. “Este es un momento histórico. Israel está en la vanguardia de una defensa global para erradicar una teocracia terrorista que ha causado daños en varios países”, comenta.
Por último, Roisentul remarcó la importancia del apoyo internacional, especialmente de Estados Unidos, para acelerar la resolución del conflicto y minimizar las pérdidas humanas. “Israel puede hacerlo solo, pero la cooperación internacional ayudará a que sea más rápido y con menos víctimas, tanto en Israel como en Irán”, concluye.
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