El OIEA advierte sobre riesgos de seguridad nuclear mientras se agrava el conflicto en Medio Oriente
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que el reactor de agua pesada de Arak, en el oeste de Irán, sufrió daños estructurales significativos a raíz de los bombardeos lanzados por Israel el pasado 13 de junio. La unidad de destilación y otros edificios clave de la instalación resultaron impactados directamente, aunque no se han reportado consecuencias radiológicas, ya que el reactor no se encontraba operativo ni albergaba material nuclear al momento del ataque.
En un comunicado oficial, el OIEA subrayó que la situación no representa una amenaza inmediata de contaminación, pero advirtió sobre el riesgo latente. El director general del organismo, Rafael Grossi, expresó preocupación por la dispersión potencial de partículas radiactivas en futuras acciones bélicas, dada la amplia distribución de material nuclear en distintas instalaciones iraníes.
La ofensiva israelí -dirigida tanto a instalaciones nucleares como a zonas residenciales de Teherán- dejó más de 224 muertos y miles de heridos, según cifras proporcionadas por las autoridades iraníes. Irán respondió con bombardeos que provocaron al menos 24 víctimas fatales en territorio israelí.
El ataque coincidió con la proximidad de una ronda de negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, prevista para el 15 de junio en Mascate, Omán, que fue cancelada por Teherán tras los hechos. Estas conversaciones buscaban reactivar los canales diplomáticos tras el colapso del acuerdo nuclear original, abandonado por Washington en 2018.
El reactor de Arak, diseñado para producir agua pesada, ha sido durante años uno de los puntos más sensibles en la vigilancia internacional del programa nuclear iraní. Grossi insistió en la necesidad urgente de recibir información técnica precisa por parte de Irán para que la comunidad internacional pueda evaluar con rapidez cualquier incidente o amenaza. También sostuvo que el OIEA mantiene contacto permanente con otros países de la región frente a la creciente escalada.
A nivel diplomático, Irán criticó duramente a Grossi y al organismo por una declaración reciente en la que se afirmaba no tener evidencia de un esfuerzo sistemático iraní para desarrollar armas nucleares. El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní acusó al OIEA de ocultar información y de facilitar, con su postura, la aprobación de una resolución -impulsada por potencias occidentales- que calificaba a Irán de incumplidor, abriendo la puerta a su denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
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