Ali Larijani, alto asesor del líder supremo, advirtió públicamente al director del OIEA tras la publicación de un informe crítico sobre el programa nuclear iraní
La tensión entre Irán y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) alcanzó un nuevo punto crítico tras las declaraciones de Ali Larijani, principal asesor del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei. A través de sus redes sociales, Larijani lanzó una advertencia directa al director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi: “Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de él”.
La amenaza se produjo tras la difusión de un informe del organismo con sede en Viena, en el que se alertaba sobre el creciente volumen de uranio enriquecido en posesión del régimen iraní, así como sobre la falta de cooperación de Teherán con los inspectores internacionales.
Acusaciones desde Teherán
El régimen iraní ha acusado al OIEA de actuar como “socio” en la “guerra de agresión” impulsada por Israel, en referencia al reciente ataque israelí contra instalaciones nucleares en territorio iraní. El vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores, Esmaeil Baqaei, acusó públicamente al organismo de haber “traicionado el régimen de no proliferación”.
Rafael Grossi, por su parte, defendió la independencia técnica del organismo que encabeza. En una entrevista con la cadena CNN, aclaró que los reportes del OIEA “no motivan acciones militares” y que las decisiones de ese tipo “responden exclusivamente a determinaciones políticas”.
Un informe alarmante
Según el último informe del OIEA, Irán ha acumulado 408,6 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un aumento de más de 130 kilos desde el reporte anterior de febrero. Esta cantidad representa una distancia técnica mínima del umbral del 90% necesario para fabricar un arma nuclear.
Aunque Grossi advirtió que “tener suficiente uranio es una cosa, tener una ojiva donde colocarlo es otra completamente distinta”, el informe ha generado alarma internacional. Según sus palabras, no hay evidencias de un esfuerzo activo para construir una bomba atómica, pero la falta de transparencia por parte de Irán sigue siendo motivo de gran preocupación.
El contexto del conflicto
La actual crisis tiene raíces profundas. Desde que Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear (JCPOA) en 2018, Irán ha reducido significativamente su cooperación con el OIEA, limitando el acceso a instalaciones y datos clave. Este distanciamiento ha deteriorado la capacidad del organismo para verificar que el programa nuclear persa tenga fines pacíficos.
En diálogo con France24, Grossi subrayó que Irán es “el único país sin armas nucleares que está enriqueciendo uranio a un nivel cercano al militar”, pero insistió en que no se ha confirmado la existencia de un proyecto armamentístico activo.
Llamado a la cooperación
Ante la escalada verbal y los hechos recientes, el OIEA reiteró su llamado a Teherán para restaurar los niveles de cooperación y transparencia que estipulaba el acuerdo de 2015. La comunidad internacional observa con creciente inquietud los desarrollos en Irán, y la amenaza explícita contra Rafael Grossi no hace sino profundizar la crisis diplomática y técnica.
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