Una nueva escalada de violencia golpeó a Israel en los minutos finales del acuerdo de tregua con Irán, cuando una serie de seis oleadas de misiles lanzadas desde Irán impactó diferentes regiones del país. El ataque comenzó a las 5:17 de la mañana y se extendió desde el norte hasta el centro y sur del territorio, obligando a la población civil a permanecer en refugios por casi una hora continua.
Uno de los misiles, con una carga explosiva estimada en 400 kilogramos, impactó de forma directa un edificio de siete pisos en la ciudad de Beer Sheva. La explosión perforó incluso un refugio reforzado dentro del complejo, provocando la muerte de cuatro personas. Además, otras dos resultaron gravemente heridas y más de veinte fueron atendidas con lesiones menores.
El director de operaciones de desastres del Maguen David Adom, Chaim Rafalowski, confirmó que aún no se ha podido contactar a menos de diez residentes del edificio afectado. “Se perdió contacto personas, creemos que hay menos de diez con paradero desconocido. El daño estructural dificulta las tareas de identificación”, explicó.
El ataque se dirigió a una ciudad donde, días antes, había sido deshabilitado el hospital regional de Soroka, lo que agrava la capacidad de respuesta ante emergencias médicas. “No hay duda de que se trata de una intención doble: causar víctimas y complicar su atención. Es parte del dolor de la guerra”, añadió Rafalowski.
A pesar del anuncio de un cese al fuego promovido por Estados Unidos, las alarmas sonaron nuevamente por ataques en el sur y el norte del país. Mientras tanto, Maguen David Adom mantiene su nivel más alto de preparación, con 35.100 personas movilizadas, ambulancias en alerta y depósitos nacionales de sangre abastecidos gracias a la respuesta solidaria de la ciudadanía israelí.
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