Después de doce días de intensos bombardeos, el conflicto entre Israel e Irán entró en una etapa de cese al fuego impuesto por la diplomacia de último minuto liderada por Estados Unidos. Sin embargo, la tregua es frágil. En las horas previas y posteriores al acuerdo, ambos bandos continuaron atacándose.
Sobre el plazo impuesto para el cese del fuego Irán apuntó a ciudades como Beersheba, donde un misil de gran potencia provocó la muerte de cuatro personas y dejó a cientos sin hogar.
“Estamos ante una gran encrucijada”, explicó el profesor Natalio Steiner, especialista en Medio Oriente. “Israel teóricamente tiene que devolver el ataque que ha hecho Irán violando el cese del fuego, porque así lo ha hecho con su política en el Líbano y le ha dado resultado”. A pesar de haber alcanzado buena parte de sus objetivos militares, Israel evitó prolongar la campaña bélica, en parte para no ingresar en una guerra de desgaste como la de Gaza.
Desde la óptica israelí, la ofensiva dejó a Irán severamente golpeado. Según Steiner, “gran parte del poder atómico o preatómico iraní fue destruido, también el poder misilístico, y la Guardia Revolucionaria quedó descabezada”. Sin embargo, advirtió que no se debe subestimar al régimen iraní, al que definió como “un enemigo ideológicamente irreconciliable con Israel”.
El rol de Estados Unidos resultó determinante. Donald Trump intervino directamente para evitar una escalada mayor, tanto por motivos geopolíticos como económicos. “Trump no quiere que el estrecho de Ormuz sea cortado ni una sola hora, porque esto amenaza la economía mundial y la estabilidad regional”, señaló Steiner.
Pero más allá de la tregua, la paz parece lejana. El entrevistado introdujo un concepto clave: la hudna, una palabra árabe que refiere a una tregua temporal para reagruparse, no a un camino hacia la paz. “Para Occidente, una tregua es el primer paso hacia un proceso político. En el islamismo radical, la hudna sirve para ganar tiempo y prepararse para el próximo round”, explicó.
Mientras tanto, el saldo civil del conflicto también preocupa. “Casi 16.000 personas han quedado sin techo en Israel. No puedes vivir en casa de un pariente de por vida. Se necesita reconstruir, mejorar y modernizar”, indicó Steiner, quien además advirtió sobre los límites de los refugios blindados: “No hay nada 100% hermético. El misil que cayó en Beersheba atravesó dos cuartos blindados. El impacto fue devastador”.
En un escenario en que cada bando reclama haber salido fortalecido, el tablero regional se reorganiza. Pero como señaló Steiner, “esto hay que entenderlo como el tablero de un ajedrez. Se planifica, se juega, pero hay que estar preparado para que el rival mueva una pieza inesperada. Y eso cambia todo”.
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