El presidente Donald Trump anunció que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ofrecerá una rueda de prensa este jueves para responder a las crecientes dudas sobre el impacto real de los recientes bombardeos estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes.
La comparecencia, prevista para las 8:00 de la mañana (hora local), contará también con la participación de altos mandos militares. El objetivo: desmentir un informe preliminar filtrado de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), que sugiere que los daños causados por la ofensiva fueron menores a los reportados inicialmente.
El informe, divulgado por medios como The New York Times y CNN, sostiene que los ataques contra los sitios nucleares de Isfahán, Natanz y Fordow solo habrían ocasionado retrasos temporales en el programa nuclear iraní, debido a que gran parte del material nuclear ya había sido trasladado antes de la ofensiva.
Trump descalificó tajantemente estos reportes, a los que calificó de “noticias falsas”, y aseguró que “las instalaciones nucleares de Irán están completamente destruidas”. En su cuenta de Truth Social, el mandatario defendió la operación y a los pilotos involucrados: “Después de 36 horas de vuelo peligroso sobre territorio enemigo, regresaron sabiendo que su misión fue un éxito legendario. Luego, vieron las mentiras de la prensa desmoralizar ese logro”.
Desde el Pentágono, tanto Hegseth como la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, rechazaron la validez del informe filtrado. Hegseth lo atribuyó a una maniobra para desacreditar la operación y socavar el liderazgo presidencial. “Quien diga que las bombas no fueron devastadoras solo intenta perjudicar al presidente y al éxito de la misión”, sentenció.
Por su parte, Witkoff condenó la filtración como un acto de “traición” y advirtió sobre su posible impacto en la seguridad nacional. Según el diplomático, la ofensiva dañó la mayoría de las centrifugadoras iraníes y dejó al país con serias dificultades para reanudar su programa nuclear en el corto plazo. “La reconstrucción llevará años. Hemos eliminado un riesgo para la estabilidad del Golfo”, declaró.
Mientras tanto, el Pentágono y el FBI iniciaron una investigación conjunta para determinar la fuente de la filtración. Desde la Casa Blanca se insiste en que los ataques contribuyeron decisivamente al cese de hostilidades entre Irán e Israel, aunque se admite que será necesario un análisis técnico más profundo para medir el alcance total de la operación.
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