Irán considera minar el Estrecho de Ormuz tras ataque israelí

La inteligencia estadounidense dice que Teherán cargó minas navales en buques tras un ataque israelí, lo que genera temores de una interrupción energética global.

Irán dio los primeros pasos para bloquear potencialmente el estratégico Estrecho de Ormuz el mes pasado en respuesta a los ataques aéreos israelíes, según un informe publicado por Reuters el martes.

Citando a dos funcionarios estadounidenses, el informe dijo que las fuerzas iraníes cargaron minas navales en barcos en el Golfo Pérsico, lo que generó preocupación en Washington de que Teherán podría estar preparándose para cerrar la vital vía fluvial.

Si bien las minas no fueron desplegadas, las evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos vieron la medida como un indicador serio de que Irán estaba sopesando represalias en uno de los corredores marítimos más críticos del mundo.

Los preparativos se produjeron después de que Israel lanzara un ataque con misiles contra territorio iraní el 13 de junio, dirigido a instalaciones militares y nucleares, dijeron los funcionarios.

El Estrecho de Ormuz, un estrecho canal entre Irán y Omán, es un cuello de botella para aproximadamente el 20% de los envíos mundiales de petróleo y gas.

Cualquier interrupción en la vía fluvial tendría un grave impacto en los mercados energéticos internacionales y aumentaría las tensiones regionales.

Aunque Irán ha amenazado repetidamente con cerrar el estrecho en el pasado, especialmente durante períodos de mayor tensión con Estados Unidos y sus aliados, nunca ha cumplido esas amenazas.

Esta actividad reciente marcó el indicio más concreto hasta ahora de que la República Islámica podría estar lista para actuar de acuerdo con sus advertencias de larga data.

Hacerlo, sin embargo, probablemente interrumpiría el flujo de petróleo de Irán a uno de sus principales patrocinadores, China.

Pekín compra alrededor del 90% del petróleo enviado por Irán, lo que equivale a casi el 15% de sus importaciones totales de petróleo.

Tras los ataques aéreos estadounidenses contra tres instalaciones nucleares iraníes clave el 22 de junio —un esfuerzo destinado a obstaculizar las capacidades de enriquecimiento de Irán—, el parlamento iraní supuestamente expresó su apoyo para bloquear el estrecho.

Sin embargo, la moción no era vinculante y cualquier decisión final recaería en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, según Press TV de Irán.

En los días posteriores a los ataques estadounidenses, los precios del petróleo se dispararon inicialmente, pero luego cayeron más del 10%, lo que sugiere que los mercados estaban tranquilos por la falta de interferencia directa en el transporte de petróleo a través del Golfo.

Los analistas dicen que la caída de los precios reflejó un suspiro colectivo de alivio de que el conflicto, aunque grave, aún no había interrumpido el flujo mundial de energía.

A pesar de las crecientes tensiones, las minas iraníes permanecen a bordo de sus barcos, según fuentes familiarizadas con la inteligencia.

No está claro si Teherán finalmente los desplegará, pero los funcionarios occidentales advierten que la amenaza en sí misma es una herramienta poderosa en la estrategia regional de Irán.

El incidente subraya el frágil equilibrio en el Golfo, donde incluso la posibilidad de una escalada militar puede repercutir en las cadenas de suministro mundiales y los precios de la energía.

Si bien Irán aún no ha actuado sobre sus amenazas implícitas, la carga de minas sugiere que está dispuesto a cambiar el statu quo en caso de que el conflicto con Israel o Estados Unidos se intensifique aún más.

Otros informes sugieren que submarinos enanos iraníes están patrullando las aguas poco profundas del Estrecho de Ormuz, y representa una escalada del régimen de la República Islámica.

 

Por David Brummer, Noticias Mundiales de Israel