Después del conflicto Israel-Irán: cómo funciona el sistema de compensaciones por daños materiales

Luego del cese de fuego en la guerra entre Israel e Irán, en Israel apenas comienza otra etapa silenciosa pero crucial: la reconstrucción.

Miles de hogares, vehículos, comercios e instalaciones públicas quedaron parcial o totalmente destruidos durante el intercambio de misiles, drones y ataques a infraestructuras estratégicas. Y con ello, el Estado israelí pone en marcha uno de sus mecanismos legales más singulares: la compensación económica por daños materiales provocados por actos hostiles.

Este sistema tiene su base en la Ley de Compensación por Daños de Guerra, que habilita al Estado a indemnizar a ciudadanos, residentes y empresas con bienes afectados por ataques hostiles. En las últimas semanas, la Autoridad Tributaria —organismo responsable de administrar estos pagos— ha recibido más de 18.000 solicitudes de compensación en todo el país. De acuerdo con datos preliminares publicados por medios israelíes, ya se han girado más de 320 millones de shekels (aproximadamente 85 millones de dólares) en indemnizaciones, principalmente en zonas del centro y norte del país, donde el impacto de los ataques fue más severo.

El proceso no es automático, aunque estando previsto en la legislación israelí . En cada caso se requiere una evaluación pericial que determine si el daño fue efectivamente causado por un ataque hostil. Para ello, equipos de inspectores del Estado trabajan junto con bomberos, defensa civil y otras autoridades locales. En zonas donde los daños son extensos y la capacidad estatal se ve desbordada, se permite a los damnificados iniciar el trámite de forma digital, aportando fotos, documentos y presupuestos de reparación.

Un caso destacado ocurrió en la ciudad de Netanya, donde un centro comercial fue alcanzado por los restos de un dron interceptado. Las pérdidas materiales superan los 12 millones de shekels.

“Afortunadamente no hubo víctimas, pero el impacto económico es enorme. Muchos comerciantes siguen cerrados y están a la espera de la indemnización para poder reabrir”, comentó en medios locales uno de los gerentes afectados.

Israel es uno de los pocos países en el mundo que cuenta con un esquema tan estructurado de compensaciones por daños de guerra. En otros contextos, las víctimas de conflictos armados suelen depender de seguros privados —cuando los tienen— o de organismos internacionales que, en general, actúan con con bastante lentitud y con alcances limitados. En Israel, en cambio, el Estado asume un rol directo, lo cual refleja tanto la experiencia acumulada en conflictos anteriores como una visión política que busca sostener la resiliencia civil en medio de escenarios de guerra repetidos.

A pesar de ello, no faltan las críticas. Asociaciones de ciudadanos denuncian demoras en las inspecciones, diferencias de criterio en los montos reconocidos, y dificultades particulares para pequeñas empresas o comunidades periféricas que no tienen recursos legales para acelerar sus trámites. También existen cuestionamientos sobre la cobertura: algunos tipos de daños —como los morales o las pérdidas económicas indirectas, como lucro cesante etc— no están contemplados en estas indemnizaciones.

Con la guerra en pausa, la mirada de muchos israelíes ya no está en los refugios antiaéreos sino en las oficinas del Estado. La reconstrucción avanza con más voluntad que rapidez, y para miles de familias, la compensación no es solo una ayuda económica: es una señal de respaldo institucional frente a un trauma colectivo.

DR. DARIO SYKULER – ABOGADO MATRICULADO EN ARGENTINA E ISRAEL – DIRECTOR SECRETARIO DE LA CÁMARA DE COMERCIO ARGENTINO ISRAELÍ