En una reunión particularmente acalorada entre la cúpula política y la cúpula de las FDI, se produjo un intercambio entre el Jefe de Estado Mayor Zamir y los ministros Smotrich y Ben Gvir, en el Ulpán Shishi.
Ambos ministros acusaron al Jefe de Estado Mayor de no cumplir las instrucciones de la cúpula política, y este respondió con firmeza: “No hay regateo en la Franja… Tenga cuidado con sus palabras, están muriendo soldados en combate”. En el punto álgido del conflicto, el Primer Ministro alzó la voz y exigió la preparación de un amplio plan de evacuación de la población gazatí hacia el sur de la Franja de Gaza, aunque dejó claro: “No haré concesiones: Hamás no permanecerá en Gaza bajo ninguna circunstancia”.
El Jefe de Estado Mayor se opuso firmemente a la medida de imponer el control israelí sobre una gran población de Gaza y advirtió contra la pérdida de control. “¿Quieren un gobierno militar? ¿Quién gobernará a dos millones de personas?”, preguntó. El Primer Ministro, por su parte, no se impresionó con las advertencias: “No quiero un gobierno militar, pero no estoy dispuesto a abandonar a Hamás bajo ninguna circunstancia. Preparen un plan de evacuación; quiero verlo a mi regreso de Washington”.
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