El politólogo Sergio Berensztein trazó un paralelismo entre la situación política argentina y la dinámica global de polarización, destacando que el país atraviesa un momento marcado por confrontaciones extremas, vínculos inestables y una fuerte carga emocional en el debate público.
“Estamos ante una política caracterizada por una dinámica de exageraciones”, afirmó Berensztein, y añadió que “pasamos de 0 a 100 en cinco segundos”, refiriéndose a la rapidez con la que escalan los conflictos entre actores políticos y sociales. Para el analista, esta exacerbación se observa tanto en el gobierno nacional como en la oposición.
Berensztein destacó además que “buena parte de la política argentina tiene que ver con la plata, no con el amor”, en referencia a las tensiones económicas y financieras que atraviesan las provincias y que se reflejan en la relación con el Ejecutivo nacional. Esta situación, sumada a la falta de acuerdos sólidos, genera un clima de confrontación constante.
En cuanto a la gestión política en este contexto, el analista señaló que “entramos incluso en una etapa escatológica en la política argentina”, aludiendo al lenguaje duro y a episodios impresentables que se repiten en el escenario político, lo que, según su visión, profundiza la decadencia institucional y la crisis del diálogo.
El contexto de tensión se agrava en vísperas del 9 de julio, día de la Independencia, cuando la vigilia contará con la ausencia de varios gobernadores debido a los roces con el gobierno nacional, hecho que Berensztein interpretó como un reflejo del deterioro de los vínculos políticos en el país.
Finalmente, el analista enfatizó que la polarización y el clima de ruptura no son exclusivos de Argentina, sino que forman parte de una tendencia global donde la política tradicional parece ceder terreno ante el auge de extremos y pasiones que condicionan las decisiones públicas y privadas.
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