El Eterno habló a Moshé, para decir: “Toma la vara y reúne a la asamblea, tú y tu hermano Aharón, y hablen a la roca ante la vista de ellos, y ella dará sus aguas; …”
Números, capítulo 20 de Jukat, 7-8
¿Miel o Hiel?
Recuerdo siempre el refrán que dice: “más vale un poco de miel qué un poco de hiel”, que intenta explicarnos que, se consigue más por medio de la dulzura y la cordialidad, que por medio de la agresividad y de la violencia. O de la amenaza y la hostilidad. O incluso de una crítica mal hecha, si se realiza en un tiempo inoportuno. O utilizando palabras inadecuadas.
Moshé se confundió.
O perdió el control, cuando los hijos de Israel como una turba se acercaban con violencia a reclamar la falta de agua.
Se irritó y en lugar de hablarle (tal era el deseo y la orden de Hashem) y tuvo que golpear la piedra dos veces para que brotará el agua.
El dilema.
Si consideramos que la Torá es comparada al agua ya que calma nuestra sed espiritual, un planteo que no es novedoso ni mío es, como dar de beber a un sediento.
Aún aquel que muestra aristas violentas, o se para desde la posición de un contestatario o rebelde.
O aún frente a la ofensa gratuita o el descontrol.
¿Cómo educar a otros y como nos educaron? ¿En formato dulce o chocolate o en formato inyectable?
¿Como transmitir judaísmo a otros? ¿De qué forma? ¿Hablando o golpeando?
El nudo del tópico. Final.
El tema puede hacerse complejo en la práctica. ¿Cuándo ser blando y cuando ponerse duro con los otros o consigo mismo?
¿Y cómo poner límites y la forma de implementarlo?
¿No debo enojarme nunca?
Las preguntas son infinitas, y tallan en profundidad. Lo cierto es que, de las dos maneras la piedra nos dará su agua, pero el impacto emocional en ese “otro” será diferente.
Supongo podríamos concluir, lo escuchado de algunos rabinos que la Torá debe ser transmitida con cariño en lo posible desde niño. Para que no sea rechazada y asociada a malas experiencias y cuestiones negativas.
Lo cierto es que, en su nivel, el Padre de todos los Profetas se equivocó. Y todo paso en falso tiene consecuencias y un costo.
Esto último, también es parte de la enseñanza.
Al final del camino, el líder y conductor y el salvador no pudo ingresar a la Tierra Prometida.
En resumen, el cálculo divino tiene facetas misteriosas y en muchos puntos se disocia de cualquier consideración humana.
¡Shavua Tov!
¡Jodesh Tov!
Dr. Natalio Daitch
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