En Nueva York, una de las ciudades más judías del mundo, no sorprende que varios de sus cremerías más innovadoras hayan encontrado inspiración en sabores clásicos del repertorio judío e israelí. Desde tahini y halva hasta babka y rainbow cookies, los postres helados de este verano no solo refrescan, sino que también evocan historias y tradiciones.
Durante casi tres décadas, Max and Mina’s ha sido un santuario para los amantes del helado kosher con un toque judío. Fundado por los hermanos Bruce y Mark Becker, el local ofrece sabores como helado de babka de canela o chocolate y el icónico rainbow cookie, todos inspirados en la repostería ashkenazí.
Salt & Straw, originaria de Portland, llegó a Nueva York con todo el sabor. Su colaboración con Breads Bakery resultó en un helado que ya es parte del menú permanente: babka cocida en leche condensada, mezclada con helado de crema salada y rematada con stracciatella y fudge de avellana.
Halva Nagila Gelato no solo juega con el nombre de la canción festiva Hava Nagila, sino que fue premiado como el mejor de América del Norte en 2023. Combina sésamo negro, halva, tahini, sirope de dátiles (silan) y arroz crocante para un resultado tan complejo como delicioso.
Aunque técnicamente de origen italiano, las rainbow cookies han sido durante décadas parte de los kiddush judíos neoyorquinos. En Bona Bona, se transforman en un helado cremoso con trozos de estas coloridas galletas cubiertas de chocolate y mazapán. Un homenaje dulce a la convivencia cultural de Nueva York.
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