Israel consolida su independencia tecnológica con el lanzamiento del satélite Dror 1, íntegramente fabricado en su territorio.
Se trata del primer satélite nacional de comunicaciones geoestacionario desarrollado y producido por completo en el país, un logro que lo coloca en un grupo selecto de naciones con esta capacidad. El ingeniero Miguel Ángel Pesado, referente en el ámbito de las telecomunicaciones y ex vicepresidente del Centro de Ensayos de Alta Tecnología en Argentina, analizó su relevancia en diálogo con Radio Jai.
“El satélite Dror 1 es completamente israelí, desde sus componentes hasta su ensamblaje final. Esa virtud no la tienen muchos países en el mundo”, destacó Pesado. A diferencia de otros modelos que se construyen a partir de piezas importadas, como los satélites ARSAT 1 y 2 de Argentina, Israel logró un desarrollo íntegro. “La gran mayoría de los satélites en el mundo son productos de integración internacional. En este caso, Israel fabricó el satélite, y eso marca una diferencia clave”, subrayó.
La misión, puesta en órbita mediante un cohete Falcon 9 de SpaceX, implica también un dominio técnico avanzado. El satélite fue llevado primero a una órbita baja, luego a una órbita de transferencia, y finalmente alcanzó su destino geoestacionario a 36.000 kilómetros de la Tierra gracias a su propio sistema de propulsión. “Desde esa posición fija puede cubrir casi la mitad del planeta con un solo satélite, dependiendo del haz de la antena. Es como iluminar con una linterna desde el espacio”, explicó.
Además de su ubicación estratégica, el Dror 1 cuenta con capacidades avanzadas para la gestión de datos y comunicaciones. “Utiliza bandas KA y KU, muy potentes hoy en día, lo que le permite tener antenas más chicas en tierra y ofrecer servicios de alta capacidad con infraestructura mínima”, detalló el especialista. También resaltó que el satélite puede reorientar sus antenas, modificar frecuencias y distribuir recursos según la demanda.
En un contexto internacional donde cada vez más países apuntan al espacio como área de desarrollo estratégico, el caso de Israel resulta paradigmático. “Hoy muchos países pueden integrar satélites. Pero fabricar uno completo desde cero, como hizo Israel, es un paso adelante que pocos logran”, concluyó Pesado.
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