Mientras el mundo observa con atención otros focos de tensión en Medio Oriente, una nueva escalada de violencia sacude al sur de Siria, en la provincia de Suwaida. Allí, la histórica comunidad drusa enfrenta un conflicto no sólo con sectores del gobierno sirio, sino también con los beduinos, otro grupo étnico con fuerte presencia regional. En diálogo con Radio Jai, el periodista y analista Ignacio Montes de Oca explicó las complejidades de una situación que, lejos de ser binaria, involucra múltiples actores, lealtades cruzadas y un trasfondo geopolítico internacional.
“Esto no es Netflix, esto es la vida real”, advirtió Montes de Oca al intentar desentrañar las múltiples capas del conflicto. Los drusos —una minoría religiosa con elementos del Islam, judaísmo, cristianismo y filosofía griega— han buscado históricamente mantener su autonomía en los países donde habitan: Siria, Israel, Líbano y Jordania.
Según el periodista, el nuevo foco de violencia comenzó tras la muerte de un comerciante druso en un control de ruta instalado por beduinos. “Los beduinos quieren controlar rutas y pastizales, y los drusos se opusieron”, explicó. Lejos de tratarse de un enfrentamiento entre dos bloques definidos, Montes de Oca detalló que tanto los drusos como los beduinos están divididos internamente. “Hay drusos que apoyan al gobierno sirio, como los del grupo Al Jabal, y otros que son separatistas y están respaldados por Israel, como el Consejo Militar de Suaida”, afirmó.
La situación se complica aún más con los vínculos internacionales. “También son beduinos la familia Saúd de Arabia Saudita, los Banhani de Emiratos Árabes Unidos y los Al Thani de Qatar”, señaló. Esto explica el respaldo de algunos países del Golfo a los beduinos en Siria, en tanto que Israel ha manifestado preocupación por la seguridad de los drusos pro-israelíes. “Israel volvió a anteponer sus necesidades de seguridad por sobre los pedidos de Estados Unidos y los deseos de los Emiratos”, resumió Montes de Oca, luego de que el gobierno de Netanyahu bombardeara posiciones sirias en Damasco.
Sobre el cierre, el analista resaltó el peso demográfico y político de las comunidades involucradas: “Hay unos 130.000 drusos en Israel, entre 500.000 y 700.000 drusos en Siria, y una cantidad similar de beduinos. No estamos hablando de pequeños grupos, sino de sectores con peso real sobre el tablero regional”.
Con una guerra civil aún sin resolver, y en medio de alianzas cambiantes y demandas por autonomía, el conflicto entre drusos y beduinos pone en evidencia que en Siria, como en buena parte de Medio Oriente, los matices tribales y étnicos siguen siendo claves para entender el presente y pensar cualquier horizonte de paz. “En el detalle se evita el facilismo de tomar partido apresuradamente”, concluyó Ignacio Montes de Oca.
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