En la columna de hoy, abordaré sintéticamente los primeros seis meses de la segunda administración de Donald Trump, quien el 20 de enero de este año, volvió a ocupar la Sala Oval de la Casa Blanca, y en esta, su 2da. presidencia, ha mantenido su consigna, “Make America Great Again”, al igual que su impronta confrontativa para enfrentar un escenario interno y exterior, caracterizados por múltiples crisis, como consecuencia de una dubitativa, y hasta a veces irresoluta política del ex presidente Joe Biden, y por conflictos y tensiones a nivel global.
Su llegada a la presidencia fue indiscutible, teniendo en cuenta los resultados electorales, 312 a 226 de Kamala Harris, reflejando que para los estadounidenses, Trump era la única opción para el cambio, con una propuesta radical, y sin importar o dejando atrás, las imputaciones y escándalos que signaron el final de su anterior mandato.
Pues bien, en el plano interno, uno de los temas sensibles es la Cuestión Migratoria, pues de unos 45 millones de extranjeros que viven en EE.UU., se estima que unos 11 millones, lo hacen de manera ilegal, y Trump se puso la meta de expulsar a 1 millón por año, lo que significa, 4 millones en 4 años de mandato, para lo cual ha planificado una inversión de aproximadamente U$S 75.000 millones, destinados a nuevas vallas fronterizas, centros de detención y al presupuesto del ICE, tanto en lo logístico como en más agentes federales, y en estos seis meses se ha traducido en, amplias redadas y procedimientos coordinados de la citada Agencia Federal y Policías estatales y locales, en barrios, en zonas industriales y agrícolas, en muchos casos, esto ha originado separación de familias, sumado a la Orden Ejecutiva de eliminar la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes, y estos procedimientos han provocado resistencia en varias ciudades, en particular en Los Ángeles, California.
También, ha restringido el Derecho de Asilo y eliminado el TPS o Status de Protección Temporal, a venezolanos, salvadoreños y haitianos, por su parte, cerca de 300 personas han sido enviadas a la mega cárcel CECOT en el Salvador, y según datos del mismo ICE, para finales del mes pasado, se habían deportado aproximadamente 100 mil individuos, de los cuales, más del 70% poseían antecedentes penales, y estas medidas, de acuerdo a un Informe de este mes, del Centro de Investigaciones PEW RESEARCH, de Washington DC, cuenta con un apoyo del 69% de los republicanos, frente a un 81% de demócratas que las consideran “abusivas y/o agresivas”.
Siguiendo en el ámbito interno, se ha restringido la publicación de Informes Oficiales, como ser sobre Criminalidad, Cambio Climático y Desempleo, también llevó a cabo una “purga” en puestos ejecutivos de las principales Agencia Federales, aproximadamente unos 17 directores y subdirectores fueron echados, además ha bloqueado el financiamiento federal del NPR o Servicio de Radiodifusión Pública y del PBS, su igual en el sector televisivo, y no se puede descartar el desmantelamiento del Depto. de Educación y el cierre de la USAID o Agencia para el Desarrollo Internacional.
Por otra parte, se estima, que una importante cantidad de empleados del Depto. de Justicia han renunciado, por estar en contra de las medidas anti-migratorias, que ya ha dado lugar a pleitos judiciales o fallos en contra de algunas Órdenes Ejecutivas, más allá que el presidente cuenta al presente, con una Corte Suprema de perfil conservador, y también hay que señalar el recorte de fondos a las Universidades, y estas medidas y renuncias señaladas, se relacionan con reformas institucionales, que para algunos sectores –los progre demócratas- consideran de perfil “autoritario”, por ejemplo, las declaraciones en sus discursos, que aluden directamente a que el Presidente debe tener autoridad total, lo que se traduce en órdenes ejecutivas sin controles legislativos, o por la restructuración llevada a cabo en el Depto. de Justicia y en el FBI, a modo de tener o asegurarse leales funcionarios, para terminar con el “Deep State” o “Estado Profundo”, una forma de gobierno clandestino, operado por redes de grupos de poder encubiertos, y también las críticas por alentar o presionar a gobernadores afines, de aplicar fuertes políticas de seguridad, y sin olvidar, medidas que afectan a la comunidad LGTB en el ámbito federal y de las FF.AA.
Por su parte, ha eliminado los incentivos a las energías no contaminantes, como las normas que limitaban las emisiones industriales, también amplió las concesiones para la explotación de gas, petróleo y carbón, con el objetivo de lograr la autonomía energética total, revirtiendo regulaciones medio ambientales, en línea con el bloqueo al Green New Deal, sobre la reducción de emisiones, y recortó el presupuesto federal de la NASA, el NOAA –Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica- y del Servicio Meteorológico Nacional.
En cuanto al ámbito económico, es público y notorio su enfrentamiento con el Director de la Reserva Federal, John Williams, por presionarlo para que recorte la tasa de interés, y esto es percibido como una amenaza a la independencia de esa entidad, además, según el Depto. del Tesoro, para el final de este 1er. semestre, los EE.UU., ha tomado prestado unos U$S 1,1 Billones, un 13% más que en el mismo período del 2024, sin embargo, se ha beneficiado el sector de la industria armamentística, con la venta de material militar a países europeos y a otros aliados globales, y ha reinstaurado una política arancelaria agresiva, en particular a bienes y productos de Méjico, la UE y China, en particular buscando revertir los saldos deficitarios con estos dos últimos actores, lo que ha encarecido las importaciones, con el objetivo de incrementar la economía nacional.
En cuanto a la política exterior, Trump no ha adoptado el “Aislacionismo”, por el contrario, ha implementado una política agresiva, confrontativa y directa, con el objetivo que EE.UU. se consolide como el “hegemón” en el escenario global, aplicando estrategias para encarar su intervención en crisis y conflictos, veamos, por el caso la Guerra Ruso-Ucraniana, en un principio entabló una relación dura y recriminatoria respecto al Pte. Zelensky, recordemos el tenso encuentro de ambos en la Sala Oval, sin embargo, luego suavizó su postura, y decidió aplicar un apoyo indirecto, en cuanto a la provisión de armamento a Kiev, pues ahora serán los países europeos quienes adquieran las armas y municiones, y luego deberán redirigirlas a Ucrania, mientras que respecto a Rusia, el pasado 14 de este mes de julio, intimó al Pte. ruso Vladimir Putin a pactar la paz , no un simple alto al fuego, en 50 días, de lo contrario aplicará a partir del 3 septiembre, aranceles del 100% a Moscú y sanciones secundarias a quienes comercien con Rusia.
Con respecto a Medio Oriente, el apoyo a Israel se ha materializado con el envío de armamento, tecnología, apoyo logístico y diplomático, una clara diferencia a la anterior administración de Biden, que apostó por la moderación, mientras que Trump ha sido contundente, tanto con la organización terrorista palestina Hamas, como con el régimen de Irán, mientras que ha entablado relaciones con el gobierno provisional de Siria, y en relación a los Hutíes de Yemen, ha negociado unilateralmente, dejando afuera a Israel, y ha reafirmado su vínculo estratégico con el Reino de Arabia Saudita y también con el Emirato de Qatar, sin embargo, la guerra en Gaza es una materia pendiente, en cuanto a poner fin a la misma, que una vez concluida, abre las puertas para ampliar los Acuerdos de Abraham, entre Israel y el resto de los países árabes.
Quizás la Cuestión China, es donde más se han dado los cortocircuitos y tensiones, en principio con la guerra arancelaria, en la que Washington ha impuesto un 25% a vehículos eléctricos, micro-chips y tecnología de punta, respondiendo Beijing en el sector comercial, a su vez, la administración Trump reforzó los controles a las exportaciones de semiconductores y del sector de la industria aeronáutica, como así también, anuló las Visas a los estudiantes chinos vinculados a áreas estratégicas, como ser el de la IA, mientras que en plano militar, ha reafirmado la alianza y cooperación con Taiwán, Japón y Corea del Sur, lo que ha reabierto las tensiones en la región Asia-Pacífico.
Ahora veamos respecto a Latinoamérica, recordemos que Trump ha eliminado el TPS a migrantes de El Salvador, Venezuela y Haití, además presiona a los gobiernos de Centroamérica, en cuanto a la Cuestión Migratoria, a fin que endurezcan los controles fronterizos, y se ha inclinado a relacionarse es a través de Acuerdos Bilaterales, por otra parte, ha reafirmado su vínculo y apoyo con los presidentes, el salvadoreño Nayib Bukele y con nuestro 1er. mandatario Javier Milei, por el contrario, los desacuerdos y encontronazos con el presidente brasileño Luis Lula Da Silva, han ido en aumento, y por supuesto ratifica su condena a las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela, sin olvidar el seguimiento del proceso electoral en Bolivia, habida cuenta de las estrechas relaciones del país del altiplano con Irán, y en ese mismo sentido, reforzar la vigilancia y la cooperación con Argentina y Paraguay en la región de la Triple Frontera. En cuanto a Méjico, las rispideces con la presidente mejicana Claudia Sheinbaum, se dan en torno a las cuestiones arancelarias, la migración clandestina, en muchos casos estacionales para realizar labores en el sector agropecuario y la construcción, y en la seguridad fronteriza vinculada al narcotráfico, sin olvidar el tema de las remesas, que son un flujo importante de ingresos, que equivale al 3% del PBI azteca.
Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones son las siguientes: 1ro., es innegable el estilo confrontativo del Pte. Donald Trump, que se caracteriza por lo disruptivo en lo político y en lo económico, tanto en el plano interno como en el global, 2do., si las medidas y políticas impulsadas por su Administración, llevarán a cambios duraderos es un interrogante, pues sin la aprobación del Congreso, muchas de las reformas y proyectos de leyes propuestas, podrían ser anuladas en un futuro por otra administración, más allá que hoy, las mayorías republicanas en el legislativo, le dan el apoyo a la agenda del presidente, 3ro. al presente, algunas de las políticas implementadas, como las Deportaciones, tienen efectos negativos económicos, o bien no esperados, en especial en los sectores de la industria, el comercio, la construcción, la agricultura y algunos servicios, y 4to. en el plano exterior, este segundo mandato de Trump, refleja una continuación y hasta profundización, de tendencias proteccionistas en lo económico, y en lo geopolítico, de posicionar a los EE.UU. como Líder indiscutible a nivel mundial, de devolverle el rol de “Hegemón”, en un escenario internacional cambiante en cuanto a las relaciones de poder y con una China que, por el momento, le compite en los campos del comercio y de la tecnología de punta, por todo esto, y porque, a mi humilde opinión, para Donald Trump lo primero es él mismo, pero en función de su slogan, “Make America Great Again”, la frase elegida para terminar es de Lord Henry John Palmerston, 1er. Ministro británico, en dos oportunidades, de mediados del Siglo XIX, que dijo: “…no hay amigos, ni enemigos permanentes, sólo intereses permanentes.”.-
