En un ambicioso plan para reducir la congestión vehicular y promover el uso del transporte público, la ciudad de Jerusalén anunció que implementará un cobro por congestión para los conductores que ingresen con sus vehículos particulares, una vez que esté completado el tren ligero.
El alcalde de Jerusalén, Moshe Lion, anunció la medida durante una conferencia sobre transporte, señalando que la iniciativa busca transformar el sistema de movilidad urbana y eliminar los embotellamientos que afectan a la ciudad. “La situación actual del transporte en Jerusalén no es fácil, pero en unos años haremos una revolución real”, declaró.
Según voceros municipales, el cobro por ingresar con vehículos al centro urbano no se aplicará antes de al menos siete años, ya que su ejecución depende de la finalización de varias obras clave de infraestructura de transporte.
Actualmente, Jerusalén cuenta con una línea de tren ligero (la Línea Roja), en funcionamiento desde 2011, que transporta diariamente a unas 200.000 personas. Sin embargo, la expansión de la red incluye dos nuevas líneas.La Línea Verde conectará el Monte Scopus con el barrio Gilo, y se espera que comience a operar a principios de 2026 y la Línea Azul irá desde Ramot hasta Gilo, y su construcción comenzó este año, con finalización estimada en 2030.
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