por Mauricio Aliskevicius
En la segunda guerra mundial Uruguay se mantuvo neutral. Pese a ello en 1942 cortó relaciones con los países del eje (Alemania, Italia y Japón) pero continuó en cierta forma siendo neutral a los efectos legales y diplomáticos internacionales y también los internos.
Recién le declaró la guerra a Alemania y Japón cuando la guerra prácticamente ya terminaba. Alemania se rindió el 7 de mayo de 1945 y Japón el 1 de setiembre del mismo año, mientras que Uruguay les declaró la guerra el 21 de febrero del mismo año.
O sea que en la realidad Uruguay no entró en guerra desde el punto militar, pero diplomáticamente, o sea en documentación, estuvo en guerra menos de tres meses con Alemania, y un poquito más con Japón por el sólo hecho de que Japón por orgullo histórico esperó cuatro meses más para rendirse.
Hay un dato que no figura en Wikipedia pero que recuerdo muy bien porque lo comentamos riéndonos en clase de primaria. Uruguay demoró en firmar la paz con los países del eje unos años. En la escuela primaria nos reímos porque en los periódicos se publicó que “¡Oh, horror !!” el gobierno se había olvidado de firmar la paz, por lo que legalmente se entendía que estábamos en guerra.
Ese “olvido” significó que, por leyes vigentes en Uruguay, el gobierno le tenía que pagar doble sueldo a todas las ramas militares. O sea que a nosotros niños en esa época, no se nos ocurrió que eso no fue un olvido sino un premio a los militares, tal vez para que no hicieran nada malo por un período, y que era nada más que una maniobra del gobierno para tener contentos a los militares sin una ley o decreto que sería discutida por la población.
Eso sucedió aproximadamente entre 1945 y 1948 o 1949. El golpe de estado de los militares fue en 1973, cuando ya los uniformados eran otra generación y esa anécdota estaba olvidada.
Me vino esto a la memoria al ver al actual gobierno de Israel haciendo todo lo inimaginable para que la guerra contra Hamás no termine nunca. Hamás ya militarmente no existe, los rehenes no fueron liberados, el ejército está como aquel viejo libro del brasilero Jorge Amado, que se llamaba “Teresa Batista cansada de guerra”.
Los soldados se están dedicando a reparar tanques y otros vehículos militares, y los gobernantes se reúnen en pleno descanso estival, para hablar de todo menos de los dos motivos por el que según ellos estamos en guerra con Hamás: liquidar a Hamás (ya sucedió) y liberar a los 50 rehenes (ya se olvidaron).
Entonces me pregunto: ¿por qué seguimos en guerra? ¿Por qué a Hezbollah la liquidamos en poquito tiempo? ¿Por qué a Irán, un país casi cien veces el nuestro, la liquidamos en 12 días? ¿Por qué nos resulta más fácil lograr cosas del presidente sirio pese a su curriculum ideológico, y no podemos lograr la liberación de los rehenes de Gaza?
Frente a estas realidades, nadie me puede impedir que sospeche que detrás de la guerra contra Hamás hay otras cosas que se nos pretende ocultar. No hacen falta pruebas, para reforzar nuestras sospechas el Poder Ejecutivo se reúne cuando no está obligado, y en la agenda ni se menciona el tema de parar la guerra, menos aún -y más doloroso- tampoco se menciona la liberación de los 50 rehenes o lo que queda de ellos.
Pero sí está en la agenda todo aquello que la mayoría de la población no acepta: la expulsión de quienes molestan a Ben Gvir, Smotrich y Netanyahu (en este orden de importancia), la fiscal general, algún alto militar que no acepte la exención de servicio militar de los jaredim, algún alto militar que sostenga que hay que terminar la guerra, y vaya a saber qué más. Ya van varios sacados “de la oreja” de sus cargos, algunos más, no se notará. Y el punto más grave es qué elucubrarán sobre Gaza y Cisjordania para evitar el establecimiento de un país Palestina.
Otro punto que no incluyeron, en realidad son dos puntos conexos: expulsar a Ben Gvir y Smotrich de sus ministerios por el daño que le están haciendo a la imagen del país en el exterior, y a Ben Gvir por incumplir lo pactado de no rezar en la zona prohibida de la ciudad vieja de Jerusalén. Hasta podríamos agregar un tercer delito: permitir que ciertos grupos de colonos ataquen y asesinen a palestinos sin siquiera iniciar una investigación.
Al contrario de una famosa frase de un expresidente argentino, estamos bien, pero vamos mal. Yo diría “vamos muy mal”.
La entrada Te lo digo hija para que escuches nuera (del refranero popular español) se publicó primero en Aurora Israel Noticias en Español.
