Terrorismo y criptomonedas

En la columna de hace dos semanas, cuando realice una reseña de los eventos más importantes ocurridos en los últimos ochenta años, señalé la aparición en el año 2009, de los criptoactivos o criptomonedas, monedas digitales descentralizadas y con un sistema de pagos que no requiere de los Bancos Centrales, que opera mediante una red de nodos, que verifican las transacciones a través de criptografías, ahora bien, en la actualidad el precio del Bitcoin cotiza un poco más de los U$S 118.000, sin embargo, la firma de Inteligencia Artificial OPEN AI, utilizando tecnología GPT, considera factible que esta criptomoneda podría sufrir un brusco descenso para finales de agosto o bien, principios de septiembre, cayendo a U$S 100.000, es decir, por debajo de su soporte crítico de U$S 116.000, pero por otro lado, el historiador israelí Yuval Harari, declaró acerca de las criptomonedas, que si ganan la confianza de la gente, continuará marcando record de cotización, en fin, más allá de estas dos visiones diametralmente opuestas, lo cierto y preocupante es, que el uso de criptoactivos en la financiación de actividades terroristas, ha aumentado, en particular a partir del año ppdo., y éste es el tema a abordar en la columna de hoy.

Antes, debemos definir qué se entiende por “financiación del terrorismo”, y es proporcionar o ayudar, conscientemente, a individuos u organizaciones a cometer actos terroristas, gracias a los recursos financieros necesarios para materializar y proseguir con sus actividades, lo cual nos lleva a la conclusión que, las organizaciones o grupos terroristas necesitan indefectiblemente de esos fondos, por lo cual, identificar los fondos y reducir sus fuentes de financiación en el sistema financiero es vital.

También hay que señalar, que hasta el 2024, las organizaciones terroristas seguían utilizando en mayor medida, los sistemas tradicionales, como ser entidades bancarias y de servicios financieros, las donaciones –provenientes de particulares, centros comunitarios y religiosos- y también por el sistema “hawala”, que recordemos es un sistema de transferencia de fondos informal, que está por fuera del sistema financiero internacional, sin embargo, a partir de entonces se ha verificado un aumento del uso de criptomonedas, en particular por dos organizaciones terroristas, el HAMAS y el Estado Islámico o ISIS de Khorazán o ISIS-K, en Afganistán.

Veamos, desde el 2019, la organización político terrorista HAMAS, inició sus actividades en campañas de donaciones de criptomonedas, constituyéndose en el primer grupo terrorista en utilizar criptoactivos, y esto llevó en el 2020, a las autoridades federales de los EE.UU., a la incautación de cerca de 150 cuentas de criptomonedas en diferentes sitios Web, relacionadas con el brazo armado de dicha organización, las Brigadas Izz al Din al Qassam, no obstante, en el 2021, otras cuentas controladas por HAMAS, recibieron más de U$S 400.000, y el Grupo GazaNOW, con sede en la propia Franja, vinculado a HAMAS, que inició sus operaciones ese mismo año 2021, ha recibido cerca de U$S 800.000. Tras los ataques del 7 de Octubre del 2023, dos días después, GazaNOW suspendió sus actividades públicas de recaudación de fondos, y habilitó a través de Instagram, una campaña de recaudación, la que sin embargo fue luego suspendida, lo que llevó entonces a abrir en Twitter, bajo la denominación “ Tofan Al Aqsa”, un sito para recibir donaciones, la que si bien no ha recepcionado sumas importantes, si se estima que se han recaudado varias decenas de miles de dólares, por su parte, además de las autoridades estadounidenses, la Unidad Lahav 433 de la Policía Nacional de Israel, ha incautado aproximadamente 40 cuentas de criptomonedas, vinculadas a la organización terrorista, como ser, DUBAI CO., AL MUHTADON, AL MUTAHADUN FOR EXCHANGE y AL WEFAQ CO. FOR EXCHANGE, entre las más importantes, y la mayoría de las operaciones fueron realizadas en la criptomoneda Tether, a través de la red TRON, y en menor medida, las criptodivisas Bitcoin y Dogecon, por decenas de millones de dólares.

Además de HAMAS, las autoridades israelíes han incautado decenas de cuentas vinculadas a la Yihad Islámica Palestina, e hicieron lo propio, con la incautación de criptomonedas por millones de dólares, pertenecientes a la organización político-terrorista libanesa HEZBOLLAH y a la Fuerza AL QUDS del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, y en este caso, la dirección clave de flujo de criptodivisas, estaba controlada por Tawliq Muhammad Al Law, un operador de Hawala residente en Siria.

Por su parte, el Depto. de Justicia de los EE.UU. y la Fiscalía del D.C., informaron que el mes pasado, se procedió al decomiso de cerca de U$S 2 millones en criptodivisas, de la empresa BuyCash, vinculada a la transferencia de criptoactivos, con sede en Gaza, y financista del HAMAS, la firma citada ya había sido sancionada el 18 de octubre del 2023, es decir, días después del 7/10, y su fundador Ahmed Alaqad, más una decena de financistas que operaban en Turquía, Qatar y otros países.

Ahora pasemos a ver a las actividades del Estado Islámico de Khorazán o ISIS-K, que recordemos es el más importante remanente de aquel proto-Estado liderado por Abu Bakr Al Baghdadi, grupo yihadista salafista que se encuentra activo y que está presente en la región de Khorazán, ubicada principalmente en Afganistán, pero también se extiende en Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán, cuyo líder es Shahab al Muhajir desde el 2020, y es una de las mayores amenazas terroristas transnacionales en la actualidad, dicho esto, el ISIS-K, ha aumentado sensiblemente su actividad en el campo de los criptoactivos, y que le han servido logísticamente para llevar a cabo atentados, algunos de ellos frustrados y que han provocado detenciones de elementos yihadistas, en Rusia, Irán, Alemania, Turquía, Francia, Italia, Austria y los EE.UU., por el caso, en el año pasado algunos de éstos episodios que podemos citar son, el llevado a cabo en marzo en Moscú, cuando yihadistas del ISIS-K abrieron fuego en la sala de conciertos Crocus City Hall, con un saldo de 60 muertos y 115 heridos, ataque financiado con criptomonedas, luego en junio, en Estambul, autoridades turcas detuvieron a más de 30 individuos, que actuaban como financistas del ISIS-K, recaudando fondos e incautaron una importante suma de dólares en criptomonedas, enviadas al grupo terrorista desde el extranjero, y en diciembre, en Gran Bretaña, una persona fue condenada por enviar criptomonedas, por valor de miles de Libras Esterlinas al ISIS-K.

Recientemente, se han detectado cientos de transacciones con criptomonedas, cuyos montos oscilan entre U$S 100 y U$S 15.000, que fueron realizadas por distintas vías financieras, desde bolsas reguladas, bolsas de alto riesgo y de operadores de criptoactivos, todas estas operaciones vinculadas con el ISIS-K, que también obtiene financiamiento, a través de campañas de recaudación de fondos en Siria, supuestamente destinada a familias de miembros del ISIS, que se encuentran en campos de detención, y las campañas señaladas, utilizan cuentas de distintas partes del mundo, relacionadas con sitios Web del ISIS-K, lo que demuestra como las criptomonedas son un factor importante de financiamiento de esa organización terrorista.

Por otro lado, el ISIS-K, promueve el uso de Monero, una criptomoneda lanzada en el 2014, que prioriza la privacidad y la descentralización, por lo que a mediados del 2023, a través de su medio de prensa, “ Voice of Khurasan”, que se halla a cargo de Unidad Al Azaim, ha realizado una campaña para la utilizar Monero, no obstante, las “stable coins” o monedas digitales vinculadas a activos más estables, como el Dólar o el Euro, como el Bitcoin, siguen siendo la opción principal, por eso la adopción de Monero en lo inmediato, de manera masiva para la financiación del terrorismo es poco probable y posible, debido a desafíos tecnológicos y a las restricciones a su uso que aparecerían, no obstante, se han detectado campañas de recaudación de fondos con esta criptodivisa en Filipinas y la India, además no hay que dejar de lado que, la elección por una moneda digital, está directamente relacionada con el aumento de cotización de la misma, tomándose por ahora como referencia el precio del Bitcoin.

Los casos de las organizaciones terroristas yihadistas, la palestina HAMAS y la salafista ISIS-K, son ejemplos claros del aumento del uso de las monedas digitales o criptomonedas, en particular a partir del 2024, es así entonces, como se ha dado el uso de monederos a través de servicios y/o sitios Web, que les puedan ofrecer más seguridad, también, el uso de credenciales digitales apócrifas o falsas, que puedan superar los controles impuestos por las Bolsas para identificar al cliente o usuario, y es cada vez mayor la elección por las criptodivisas con mayor grado de privacidad y descentralización, como el citado Monero.

Ante estas amenazas transnacionales, es fundamental la cooperación internacional, tanto entre las Agencias de Inteligencia como en organismos como el GAFI, el Grupo de Acción Financiera Internacional, el que fue creado en 1989, por iniciativa del G-7, en el marco de la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con el doble objetivo, por un lado coordinar las actividades de investigación financiera llevado a cabo por los Estados, y por otro, combatir con mayor eficacia y eficiencia, las actividades de legitimación o lavado de activos provenientes de ilícitos y la financiación del terrorismo, y para esto, el GAFI lleva a cabo exhaustivas investigaciones, que abarcan el análisis de tipologías delictivas en constante evolución, la evaluación de la idoneidad y eficacia de las legislaciones nacionales de los países miembros, para así fortalecer y generar instrumentos jurídicos con que combatir, en este caso, la financiación de actividades terroristas.

En el ámbito nacional, el instrumento legal es la Ley 26.734, la que deroga e incorpora artículos al Código Penal de la Nación, que tratan sobre actividades vinculadas a la financiación del terrorismo y al congelamiento de activos vinculados a este tipo de delito, y que se relaciona con la Ley 25.246, sobre la Prevención y Control de Activos de origen ilícito, que en su Artículo 6to., designa a la UIF o Unidad de Investigación Financiera, para el análisis, el tratamiento y la transmisión de información a los fines de prevenir e impedir distintas tipología de delitos, entre las que se encuentra la figura del Art. 306 del plexo legal precitado, es decir la financiación del terrorismo, y entre sus facultades esta la emisión de normas y recomendaciones a sujetos obligados a control, como ser entidades bancarias, financieras, empresas y profesionales, además, trabaja en directa relación con los organismos de Seguridad, Inteligencia y de la Justicia, para lograr la eficaz persecución de delitos vinculados al terrorismo, que en el ámbito financiero recorre tres etapas, la recaudación, el movimiento de activos y el uso de esos fondos.

En el ámbito de la OIPC INTERPOL, coopera para combatir el financiamiento del terrorismo transnacional con el GAFI, con el Grupo EGMONT, -una red de 159 unidades-, y esto en la práctica, se traduce en el intercambio de información policial y su análisis, a través del sistema I24-7, una plataforma mundial de comunicación encriptada y protegida, como así también a través de la Alertas de INTERPOL relacionadas con personas físicas y jurídicas con actividades terroristas.

Por su parte el lunes pasado, 4 de agosto, el presidente de la Comisión de la Bolsa de Valores de los EE.UU., o SEC, Paul Atkins, anunció la aplicación del programa Project Crypto o Proyecto Cripto, que constituye un giro significativo en la posición de esa entidad financiera respecto al mercado de criptoactivos, actualizando las regulaciones del mismo.

Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones son las siguientes, 1) las criptomonedas o criptodivisas o monedas digitales, son activos digitales viables y alternativos a los sistemas de pagos o financieros tradicionales, que ofrecen ventajas significativas de rentabilidad y de ágil y rápida transacción; 2) sin embargo, su característica de descentralización, sumado al anonimato o alto grado de privacidad, han generado en un atractivo y potencial medio para materializar actividades ilícitas, como ser el blanqueo de capitales provenientes de actos delictivos, y como se abordó en esta columna, para la financiación del terrorismo, tal como los ejemplos de las dos organizaciones terroristas, HAMAS y el ISIS-K; 3) el uso de criptomonedas por estos grupos ha ido en aumento a partir del 2024, lo que resulta preocupante, habida cuenta que las citadas organizaciones, como otras como AL QAEDA, HEZBOLLAH y la FUERZA AL QUDS, constituyen amenazas transnacionales y 4) a través de la cooperación internacional entre organismos como el GAFI, el Grupo EGMONT, la OIPC INTERPOL y las Agencias de Seguridad e Inteligencia Nacionales, se puede dar una respuesta eficaz y eficiente en el enfrentamiento a este tipo de amenazas, sumado a legislaciones nacionales e internacionales que provean de instrumentos idóneos para el éxito requerido, y por todo lo reseñado, la frase elegida para terminar es del general chino Sun Tsu, del Siglo V a.e.c., que dijo, “ Si conoces al enemigo, como piensa y como actúa, y te conoces a ti mismo, y tus métodos se adecúan a la variedad de circunstancias, tu victoria no quedará en duda.”.-