Tras una semana de temperaturas extremas sin precedentes, Israel comienza a ver un leve descenso en el calor sofocante que ha marcado uno de los episodios climáticos más intensos de los últimos años. Según el Servicio Meteorológico, se espera que las temperaturas se normalicen este sábado, aunque algunas regiones del sur aún enfrentarán condiciones extremas.
Este viernes, ciudades como Eilat alcanzaron los 44°C, Tiberíades los 40°C y Kiryat Shmona los 38°C. En Jerusalén, el termómetro marcó 34°C, mientras que en Tel Aviv se registraron 31°C. Para el sábado, se pronostican máximas de 30°C en Jerusalén y 29°C en Tel Aviv.
La ola de calor, que alcanzó su punto máximo el miércoles con 49.7°C en zonas de Cisjordania, cobró la vida de al menos tres personas: dos hombres mayores que murieron por golpes de calor y una niña que fue olvidada dentro de un vehículo. Además, se llevaron a cabo múltiples rescates de excursionistas que ignoraron las recomendaciones de las autoridades.
Uno de los incidentes más graves ocurrió en la Base Sayarim del ejército israelí, en el desierto del Néguev, donde un apagón dejó a los soldados en 48°C sin aire acondicionado durante varias horas. La mayoría de los reclutas fueron evacuados y los que permanecieron lo hicieron en áreas con suministro eléctrico restaurado, según informó el ejército.
El Jefe de la Dirección de Tecnología y Logística de las FDI, Mayor General Mishel Yanko, anunció la creación de un equipo especial para atender los efectos de la ola de calor en las tropas. En la Franja de Gaza, soldados recibieron equipos con aire acondicionado portátil y generadores, sin reportes de fallos.
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