Las Guerras

‘There is a war between the ones who say there is a war
And the ones who say that there isn’t You cannot stand what I’ve become I was so easy to defeat, I was so easy to control’- Leonard Cohen, ‘There’s a War’, Iom Kipur 5734, 1973.

Esta canción la compuso y cantó Leonard Cohen en su periplo por la península de Sinaí en 1973, en la guerra de Iom Kipur, cuando contribuyó, a su manera, en el esfuerzo de la guerra. El libro ‘Who by Fire’ (2022) de Matti Friedman da cuenta de ese periplo del cantautor canadiense. ‘Who by Fire’ alude a la plegaria de Iom Kipur ‘Unetane Tokef’, que se recita en Musaf. A la luz de los acontecimientos del 7 de octubre de 2023, cincuenta años más tarde, nada es casual.

El tema que me ocupa hoy no es el libro ni las canciones que Cohen cantó en aquellos días (https://open.spotify.com/playlist/1Ug58WkWupqyzSfIOlswvP?si=Wpbd04OiSfu7fuI2P3U5PA&pi=Awk1j9C4RbSoO) sino el fenómeno de las guerras. ¿Cuántas guerras estamos peleando, como judíos e israelíes, como colectivo, en este momento? Todo surge a raíz de un intercambio con un querido amigo israelí en torno a mi editorial de la semana pasada sobre ‘qué es un sionista’; él me escribió acerca de la ‘verdadera guerra’, ‘qué es un judío’.

Así como otro amigo me dijo, allá por noviembre de 2023, ‘esta guerra ya se perdió el 7 de octubre’, este tipo de reflexiones de gente cercana con quienes nos unen viejos afectos disparan los cuestionamientos más inesperados. Me puse a pensar, ¿cuántas guerras estamos peleando?

La guerra en Gaza (en el territorio) está perdida desde #Oct7. Los rehenes son el trofeo de guerra de Hamas aunque Gaza a esta altura sea puro escombro. Los túneles necesarios para la supervivencia de Hamas y la retención de los rehenes siguen ahí.

La guerra contra Irán y sus proxis y la guerra regional en la zona ha sido un triunfo resonante. En dieciocho meses Israel neutralizó al enemigo y retraso sus avances tecnológicos en décadas. Es un triunfo militar, tecnológico, y de inteligencia sin parangón. Mérito del ejército israelí, no de su gobierno.

La guerra ‘por el alma de Israel’ tal como escribió Fania Oz-Salzberger en el Financial Times hace una semana (https://tumeser.com/2025/09/04/la-batalla-por-el-alma-de-israel/). Lo que yo denominé, en su momento y a pesar de muchas, una guerra civil. Provocada por la reforma judicial que puso sobre la mesa temas demográficos, sociales, ideológicos, y religiosos largamente postergados ante la prosperidad económica de Israel de las últimas décadas.

La guerra contra Israel y los judíos del mundo. La brasa del antisemitismo, que nunca se extingue, han encontrado el combustible inflamable que precisaba en las políticas del gobierno de Israel, estemos de acuerdo con las mismas en mayor o menor medida. Los judíos e israelíes en todo el mundo nos enfrentamos a situaciones que creíamos superadas. La diplomacia (ONU, ICJ, y similares), la opinión pública, los medios de prensa, y las redes sociales, son el canal por donde se esparce el incendio. Nos hemos visto expuesto a situaciones tan absurdas como temibles, tan cotidianas como perversas.

Volviendo a Leonard Cohen y su ironía sobre ‘las guerras’, está claro que no hay uno sino varias, y que a muchos no les gusta en ‘lo que nos hemos convertido’; ya no somos ‘fáciles de derrotar o controlar’. Pero las guerras tienen precio, no hay triunfalismo que lo pague, y todavía no sabemos el costo final. Aunque muchos de nosotros no tengamos hijos en Gaza, todos los judíos estamos en el frente. Incluso los que quieren deslindarse de su judaísmo.