Por Avishay Ben Sasson-Gordis y Jesse R. Weinberg
Charlie Kirk (31 años), activista conservador y fundador de la organización pro-Trump Turning Point USA, fue asesinado por un hombre armado durante un evento público en una universidad de Utah.
Kirk, uno de los influencers más destacados y organizador principal de jóvenes dentro del movimiento Make America Great Again (MAGA), era cercano al presidente Trump y algunos le atribuyen un papel crucial en el éxito de Trump entre los jóvenes votantes en las últimas elecciones.
A través de sus plataformas online y apariciones públicas, Kirk promovía posturas conservadoras sobre temas como la inmigración, las relaciones de género, la identidad de género y el derecho a portar armas.
También fue un destacado participante en debates públicos en la televisión conservadora y en campus universitarios de Estados Unidos.
En el contexto israelí, Kirk era conocido por su abierto apoyo a Israel, a la vez que enfatizaba su oposición a la intervención militar estadounidense contra Irán.
Tras el asesinato, figuras de la derecha estadounidense, incluido el propio Trump, se apresuraron a atribuir la responsabilidad a la izquierda estadounidense y a la incitación que supuestamente fomenta, incluso antes de que se conociera la identidad o los motivos del tirador, quien aún no ha sido detenido.
Trump se comprometió a ejercer su autoridad para llevar ante la justicia a quien se identifique como responsable de la muerte de Kirk.
Otras figuras prominentes de la derecha, como Elon Musk y la influencer pro-Trump Lara Loomer, también culparon a la izquierda y al Partido Demócrata, empleando una retórica agresiva.
Altos dirigentes del Partido Demócrata, en cambio, condenaron el asesinato y advirtieron contra cualquier recurso a la violencia.
Aunque Kirk no ocupaba un cargo oficial en el Gobierno, su asesinato tiene el potencial de resonar durante mucho tiempo y podría acelerar la violencia y la polarización que ya caracterizan la política estadounidense.
Recientemente, un cristiano de derecha disparó mortalmente a legisladores demócratas en Minnesota; la casa del gobernador judío de Pensilvania fue incendiada durante la Pascua judía por un agresor propalestino; y dos empleados de la embajada de Israel en Washington fueron asesinados en mayo en un incidente similar, todo ello en el contexto del intento de asesinato del propio Trump durante la campaña presidencial.
Se espera que la Administración y sus partidarios utilicen el asesinato como justificación para actuar contra las organizaciones de izquierda y los inmigrantes, grupos ya en la mira de la Administración, que argumenta que la delincuencia en Estados Unidos requiere una mayor dependencia de la Guardia Nacional como fuerza líder en la lucha.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
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