La última etapa de la Vuelta a España fue suspendida en Madrid tras una masiva protesta antiisraelí, apoyada por declaraciones del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y criticada duramente desde Israel.
Cronología de los hechos
A unos 56 kilómetros de la meta, miles de manifestantes irrumpieron en el recorrido en pleno centro de Madrid, obligando a detener la carrera. Pese al despliegue de más de 1.500 policías, las protestas se desbordaron. Los organizadores cancelaron la etapa y el podio final, mientras los manifestantes coreaban: “Palestina ganó la Vuelta”.
Reacciones políticas
Pedro Sánchez elogió públicamente las movilizaciones, describiéndolas como un motivo de orgullo para España y un ejemplo internacional en defensa de los derechos humanos. Estas palabras provocaron fuertes críticas desde Jerusalén y declaraciones de condena por parte del ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, que acusó a Sánchez de incitar la violencia.
Diplomacia en crisis
El Gobierno español había anunciado días antes un embargo de armas y restricciones comerciales a Israel. Netanyahu calificó estas medidas y declaraciones como una “amenaza genocida”. Por su parte, otros ministros españoles pidieron la expulsión del equipo Israel-Premier Tech de la competición, mientras que políticos opositores y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mostraron su apoyo al equipo israelí.
Israel-Premier Tech
El equipo ciclista resistió la presión y se mantuvo en la competición. Matthew Riccitello, uno de sus corredores, fue premiado como Mejor Joven de la Vuelta, marcando un hito para el deporte israelí en medio de la polémica y el caos diplomático.
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