Por Yoel Guzansky
La relación entre Arabia Saudita y Pakistán ha simbolizado durante años una ambigüedad estratégica, con muchos aspectos ocultos: la generosa financiación saudita, el crédito petrolero y el apoyo económico estaban vinculados a lazos de seguridad encubiertos, con constantes insinuaciones de una supuesta protección nuclear pakistaní para Arabia Saudita.
La firma de un acuerdo de seguridad esta semana ha modificado la situación.
Por primera vez, Arabia Saudita y Pakistán ya no se conforman con gestos de cooperación y declaraciones generales de hermandad islámica, sino que estipulan explícitamente que un ataque contra uno será considerado como un ataque contra ambos.
Este paso busca sacar la relación de la clandestinidad, pasando de la discreción a la transparencia.
Sin embargo, incluso al exponer lo oculto, la ambigüedad persiste.
La nueva alianza plantea nuevas preguntas:
¿Cómo se implementará el compromiso mutuo en tiempos de crisis?
¿Cuál es el alcance de la coordinación operativa y, a pesar de las negaciones, existe un compromiso nuclear pakistaní con el reino?
De hecho, al hacer pública la alianza, se incrementan las especulaciones sobre este aspecto, y parece que el factor de la discreción sigue presente.
Cabe recordar que la alianza entre ambos países no es nueva.
Los lazos económicos y sociales —crédito petrolero, ayuda financiera, millones de trabajadores pakistaníes en Arabia Saudita y la peregrinación a La Meca— siguen constituyendo la base de esta alianza estratégica.
El acuerdo de seguridad refuerza estos lazos, pero también está vinculado a medidas civiles paralelas.
Se trata, por tanto, de una relación integral, que no se limita a la disuasión militar.
A nivel regional, Arabia Saudita demuestra que, si bien en los últimos años ha mejorado sus relaciones con Irán —al menos públicamente—, mantiene una alianza con un Estado musulmán nuclear que le proporciona profundidad estratégica.
Por lo tanto, lo que antes parecía una alianza discreta se ha convertido en una alianza declarada, pero no menos compleja.
Arabia Saudita y Pakistán han anunciado abiertamente lo que se sabía tácitamente, pero han dejado deliberadamente preguntas sin respuesta.
De esta manera, establecen un nuevo modelo estratégico: una relación basada en una transparencia parcial, una mezcla de transparencia y discreción.
Esta dinámica probablemente afectará no solo el equilibrio de poder en Oriente Medio, sino también la forma en que los países del Golfo evalúan su capacidad para diversificar sus riesgos, en lugar de depender exclusivamente de Estados Unidos.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
La entrada Arabia Saudita y Pakistán: ¿Fin de la ambigüedad? se publicó primero en Aurora Israel Noticias en Español.