Cambiar nos cuesta porque el cerebro prefiere lo conocido, aunque nos duela.
El miedo al fracaso,la pérdida de identidad y la costumbre bloquean.
El cambio no es un salto, es un proceso lento con recaídas pero posible.
Cambiar nos cuesta porque el cerebro prefiere lo conocido, aunque nos duela.
El miedo al fracaso,la pérdida de identidad y la costumbre bloquean.
El cambio no es un salto, es un proceso lento con recaídas pero posible.