El gobierno de Austria ha amenazado con cancelar su papel como anfitrión del Festival de Eurovisión 2026 si la Unión Europea de Radiodifusión (UER) decide excluir a Israel del certamen. La postura fue expresada por el canciller Christian Stocker y el secretario de Estado Alexander Pröll, ambos miembros del Partido Popular Austríaco (ÖVP), quienes calificaron como “inaceptable” que se vete a un artista judío en suelo austríaco.
La controversia se da en medio de crecientes tensiones políticas tras la guerra en Gaza. Países como Irlanda, Países Bajos, Islandia, Eslovenia y España ya anunciaron que boicotearán Eurovisión 2026 si Israel participa. Austria, en contraste, adopta una posición contraria: amenaza con retirarse como sede si Israel es excluido, en defensa de los principios de inclusión cultural y rechazo al antisemitismo.
“Es inaceptable que nosotros, precisamente nosotros, prohibamos a un artista judío venir a Viena”, declaró un alto funcionario del ÖVP al medio local oe24, en alusión al pasado histórico de Austria y su responsabilidad frente al pueblo judío. El alcalde de Viena, Michael Ludwig, también se pronunció en contra de la exclusión de Israel, señalando que sería “un grave error”. Sin embargo, hasta ahora no se ha tomado una decisión oficial sobre la retirada como sede.
De concretarse el retiro, Austria podría enfrentar una sanción económica significativa. La radiodifusora pública ORF tendría que pagar hasta 40 millones de euros a la nueva sede que asuma la organización del evento, según los términos establecidos con la UER. A pesar del alto costo, el gobierno austríaco insiste en que no tolerará una edición del festival basada en la exclusión política de artistas.
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