Un fenómeno político en ascenso
El principal candidato a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, protagonizó un acalorado intercambio en el debate televisado previo a las elecciones del próximo 4 de noviembre. Junto al exgobernador Andrew Cuomo y al republicano Curtis Sliwa, Mamdani abordó temas relacionados con Israel, el antisemitismo y las tensiones comunitarias en la ciudad.
La irrupción de Zohran Mamdani en la escena política neoyorquina ha abierto un debate que trasciende la contienda local. Su perfil, marcado por un discurso abiertamente antisionista y una agenda progresista, representa una tendencia creciente en la izquierda estadounidense: el cuestionamiento del apoyo tradicional a Israel dentro del Partido Demócrata.
En el debate por la alcaldía de Nueva York, Mamdani repitió acusaciones de “genocidio” contra Israel y buscó equilibrar su mensaje con un tono de empatía hacia los votantes judíos. Aunque afirmó reconocer el derecho de Israel a existir, lo condicionó a que no sea un Estado basado en la religión o la raza. Esa frase, cuidadosamente formulada, refleja una redefinición ideológica dentro del progresismo norteamericano.
La fractura dentro del progresismo
Las posiciones de Mamdani no son aisladas: forman parte de un movimiento político que intenta reconciliar el discurso de justicia social con las causas palestinas, pero que ha sido acusado de tolerar el antisemitismo bajo nuevas formas.
En este contexto, las expresiones como “Globalizar la intifada” o los llamados al “alto el fuego total” se convierten en símbolos ideológicos que dividen tanto al electorado como a la comunidad judía estadounidense.
El ex gobernador Andrew Cuomo representa el ala demócrata tradicional, defensora de la alianza histórica entre Estados Unidos e Israel. Su enfrentamiento con Mamdani en el debate no fue solo político, sino cultural: una confrontación entre dos visiones sobre la identidad estadounidense y los límites del discurso progresista.
Mientras Cuomo defendía la legitimidad del Estado de Israel, Mamdani insistía en que no podía apoyar un sistema que, según él, reproduce jerarquías étnicas o religiosas. Ese punto de fricción define buena parte del nuevo conflicto interno del Partido Demócrata.
Repercusiones para la comunidad judía y el voto neoyorquino
La comunidad judía de Nueva York observa con atención este cambio generacional. Para muchos, el lenguaje de Mamdani no solo resulta ofensivo, sino que simboliza una erosión del consenso moral que unía a amplios sectores liberales en torno al apoyo a Israel.
Sin embargo, otros analistas apuntan que figuras como Mamdani reflejan la evolución de una nueva izquierda estadounidense, más diversa, crítica y globalizada, en la que la cuestión israelí deja de ser un tema intocable y pasa a formar parte de un debate identitario más amplio.
El republicano Curtis Sliwa, fundador del grupo de voluntarios Guardian Angels, intervino para cuestionar a Mamdani por su falta de apoyo explícito a las víctimas de ataques antisemitas y recordó los disturbios de Crown Heights en 1991. Sus palabras subrayaron la desconfianza de parte del electorado judío hacia el candidato progresista.
Nueva York, con su enorme peso demográfico y su histórica comunidad judía, vuelve a convertirse en un escenario donde se cruzan los grandes dilemas de la política estadounidense: el equilibrio entre justicia social, identidad nacional y memoria histórica.
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