“Servid Hashem con alegría”.
Salmo 100: 2
Alegría en el servicio.
En mi trabajo diario, de médico, siempre intento recibir a cada paciente con buen semblante. Y aunque, no siempre es fácil, dado que todos somos humanos sujetos a múltiples variables internas y externas, la buena predisposición y el optimismo es algo que he podido ver de mis maestros y profesores.
La risa y la sonrisa.
Son herramientas que ayudan, en su justa medida a mejorar nuestra salud física, emocional y espiritual.
Sería como tener la mitad de la batalla ganada.
Vezot Haberajá.
Y esta es la bendición del Profeta Moshé. En el Deuteronomio, el último capítulo que cierra el quinto libro del Pentateuco.
Y es que, si el iehudí viene del hebreo agradecer, sea a D’os y a sus semejantes, podemos encontrar aquí la sintonía con lo anterior.
Sucot y las Hoshanot.
En lo personal, una de las festividades judías más bellas. Aún en la fragilidad de la Sucá, en ocasiones podemos sentir ese aire fresco de renovación. Y ese agradecimiento “por ser judío y por estar”. Y por estar juntos y con nuestros hermanos. Un verdadero mensaje de “unidad”.
Esto último simbolizan con las cuatro especies del festival.
No te vayas.
Nos solicita el Rey en Shmini Atzeret, quédense un día más conmigo. Algo parecido a dos novios que recién se conocen y se gustan y no desean concluir la velada.
Bailando con la Torá.
Del noviazgo al casamiento, y ahora ratificando ese pacto amoroso. Sellando de nuevo ese contrato matrimonial entre el Infinito y su pueblo.
Un período de renovación y un nuevo inició con la lectura del Génesis.
Final
La Torá es perfecta, y nos muestra su secreto. De que las cosas no son espontáneas, hay que trabajar por ellas y tener buena predisposición en la tarea. Al final de cuentas, todo es para nuestro beneficio.
Los judíos no somos perfectos, por ende, se nos entregó el manual de vida.
Reitero, la alegría genuina y verdadera puede ser alcanzada, pero debe ser trabajada.
Para concluir, como lo muestra la Haftará o trozo de los profetas que se lee cada sábado, en este habla de la continuidad del liderazgo por parte de Josué en el capítulo 1.
El buen maestro y Rabino genera discípulos. Alumnos que se preparan para continuar la tarea en todo traspaso generacional. Pero, para que esta cadena continúe, se debe enseñar judaísmo con amor, y mucha ética, y obvio mostrando alegría en el Servicio Divino y hacia el prójimo una buena predisposición y comprensión. Por ende, la moneda tiene siempre dos caras, como las Tablas que bajó Moshé en Sinaí. Y solo cumpliendo con ambas, la alegría genuina cierra. Caso contrario, queda trunca y borramos con el codo lo que escribimos con la mano.
Terminando:
Un año pleno de bendiciones les desea…
Dr. Natalio Daitch
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