Reencuentro y emoción en Israel
Los últimos cuatro israelíes liberados de Gaza -Segev Kalfon, Eitan Mor, Guy Gilboa-Dalal y Evyatar David- fueron dados de alta del Hospital Beilinson, en Petaj Tikva, marcando el cierre de una etapa de profundo dolor nacional.
Su regreso fue recibido con una mezcla de alivio y emoción por cientos de ciudadanos que se movilizaron para darles la bienvenida, entre banderas azules y blancas, abrazos y lágrimas que reflejaban la larga espera vivida desde su secuestro.
“Rezamos para que nunca más se establezca un ala médica para rehenes liberados en el Estado de Israel. Que seamos los últimos padres cuyos hijos sean secuestrados”, declaró conmovido Zvika Mor, padre de uno de los sobrevivientes.
Un regreso marcado por la esperanza
A su llegada a la colonia de Alfei Menashe, Guy Gilboa-Dalal fue recibido por vecinos y amigos que se alinearon a lo largo del camino, vitoreando y grabando cada instante.
Envuelto en una bandera israelí, Gilboa-Dalal sonreía y saludaba desde la furgoneta que lo conducía de regreso al hogar. “Gracias a todos, es increíble. Ahora voy a reunirme con mi familia”, dijo entre aplausos.
Los médicos del hospital confirmaron que los cuatro pacientes, liberados en el marco del alto el fuego de octubre, habían completado su recuperación física. Pero en cada testimonio, la huella emocional seguía latente, recordando el trauma vivido y la fortaleza con que lograron sobreponerse.
El cierre de una etapa dolorosa
El alto el fuego permitió la liberación de veinte rehenes con vida, además de la entrega de quince cuerpos.
Hamás, presionado por los mediadores internacionales, accedió a permitir el ingreso de equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para recuperar los restos de los trece israelíes aún desaparecidos.
El Gobierno de Israel, en un gesto inusual, autorizó a miembros de Hamás a colaborar en esas tareas bajo supervisión internacional, con el objetivo de acelerar el retorno de los cuerpos y dar un cierre digno a las familias.
Un símbolo de resiliencia nacional
La liberación de los últimos rehenes hospitalizados no solo marca el fin de un ciclo de angustia, sino también el inicio de una nueva etapa en la que Israel busca sanar sus heridas colectivas.
El regreso de los cautivos se ha transformado en un símbolo de resistencia, unión y esperanza, recordando a la sociedad israelí que incluso en los momentos más oscuros, la vida y la solidaridad prevalecen sobre el miedo.

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