En medio de un estancamiento que lleva más de tres décadas, surge una iniciativa que busca replantear la relación entre israelíes y palestinos: los Acuerdos de David. Inspirados en los Acuerdos de Abraham y en proyectos latinoamericanos de acercamiento, esta propuesta combina un enfoque académico, simbólico y práctico para abordar uno de los conflictos más prolongados del mundo contemporáneo.
El proyecto plantea la creación de un Estado palestino desmilitarizado y desradicalizado, con fronteras basadas en las líneas de 1967 y una Jerusalén compartida, administrada de manera especial para respetar la diversidad religiosa y cultural. Además, incluye un fondo de prosperidad compartida financiado por actores internacionales y mecanismos de verificación que garanticen la implementación efectiva de los acuerdos.
Entre los desafíos más importantes destacan la resistencia de grupos radicales, las divisiones internas palestinas y las complejidades políticas dentro de Israel. Sin embargo, los impulsores del proyecto destacan que los beneficios —una paz duradera, desarrollo económico regional y cooperación árabe-israelí— podrían superar estos obstáculos.
Más allá de su dimensión política, los Acuerdos de David representan un esfuerzo por transformar un conflicto histórico en un proyecto de convivencia, seguridad y prosperidad mutua, con un enfoque realista y escalonado que busca pasar de la teoría a la práctica. La iniciativa todavía se encuentra en fase piloto, pero su planteamiento demuestra que, incluso en escenarios complejos, es posible imaginar nuevas rutas hacia la paz.