El gobierno israelí aprobó un plan nacional de vivienda de 1.400 millones de shekels (unos 375 millones de dólares) destinado a impulsar la construcción, fortalecer a las autoridades locales y ampliar la oferta de viviendas accesibles en todo el país. La iniciativa, liderada por los ministros Haim Katz (Vivienda) y Bezalel Smotrich (Finanzas), busca mantener el ritmo de desarrollo inmobiliario y estabilizar los precios tras años de subas sostenidas.
Del total, 750 millones de shekels se destinarán a promover la edificación en regiones periféricas, 300 millones a incentivar proyectos municipales de expansión y 250 millones al fortalecimiento de planes de renovación urbana. Además, se invertirán 60 millones para agilizar la contratación de obreros y 30 millones en la planificación a largo plazo de terrenos privados con múltiples dueños.
El programa incluye un incremento de 30.000 trabajadores extranjeros para la construcción, sumándose a los 60.000 ya activos en Israel. La medida busca compensar la escasez de mano de obra que surgió tras el 7 de octubre de 2023, cuando se prohibió el ingreso de palestinos del West Bank y Gaza, y muchos empleados extranjeros abandonaron el país durante la guerra.
Smotrich afirmó que la iniciativa no solo apunta a mejorar la accesibilidad a la vivienda, sino también a impulsar el desarrollo del Néguev y la Galilea, regiones estratégicas para el crecimiento económico y demográfico. Katz, por su parte, subrayó que los reservistas del ejército tendrán prioridad en los programas de vivienda: “Quienes dan al Estado, recibirán de él a cambio”.
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