La misión internacional independiente acusa al régimen de Teherán de violaciones sistemáticas a los derechos humanos y uso político de la represión tras la guerra de 12 días con Israel.
Informe de la ONU: represión tras la guerra de los 12 días
La Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Islámica de Irán, creada en 2022 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras la represión del movimiento “Mujer, Vida, Libertad”, denunció un aumento alarmante de la represión interna en el país tras la reciente guerra de doce días con Israel.
La misión, encabezada por la abogada bangladesí Sara Hossain, tiene el mandato de investigar violaciones graves de derechos humanos cometidas por las autoridades iraníes y de presentar informes públicos con base en pruebas verificadas. En su más reciente exposición, Hossain afirmó que “los ataques aéreos israelíes sobre territorio iraní y la posterior represión interna restringieron aún más el espacio cívico, socavaron el debido proceso y erosionaron el respeto al derecho a la vida.”
Más de 21.000 arrestos y un clima de miedo
Según la investigación, las fuerzas iraníes arrestaron a más de 21.000 personas durante y después del conflicto, incluyendo abogados, periodistas, activistas y usuarios de redes sociales que publicaron contenido crítico. La misión concluyó que el régimen de Teherán utilizó el conflicto como pretexto político para endurecer la represión interna y sofocar cualquier manifestación de disidencia.
El informe también documenta un récord de ejecuciones: más de 1.200 personas ejecutadas en 2025, superando las cifras de 2024, ya de por sí las más altas desde 2015. Según Hossain, “existen fuertes indicios de que el Gobierno de Irán continúa implementando la pena de muerte de manera sistemática, contraviniendo la legislación internacional de derechos humanos.”
Minorías perseguidas y periodistas bajo amenaza
La represión afectó particularmente a minorías étnicas y religiosas. La misión registró el arresto de más de 330 kurdos y numerosos árabes, así como la deportación de cientos de miles de afganos. Los miembros de la fe Baha’i fueron acusados de ser “espías sionistas”, sufriendo allanamientos, confiscación de bienes y detenciones arbitrarias.
Fuera de las fronteras iraníes, el control sobre los medios también se intensificó. Más de 45 periodistas recibieron amenazas creíbles en siete países por informar sobre eventos en Irán. Además, las autoridades desactivan tarjetas SIM de reporteros y bloquean comunicaciones digitales, buscando silenciar toda voz crítica.
Un patrón de represión histórica
El informe sostiene que la actual ola represiva no es un hecho aislado, sino la continuidad de un patrón estructural en el régimen iraní. Desde el levantamiento estudiantil de 1999 hasta el Movimiento Verde de 2009 y las protestas de 2022 tras la muerte de Mahsa Amini, las autoridades han respondido con violencia y encarcelamiento sistemático.
La misión subraya que estas medidas “privan a mujeres y niñas de sus derechos fundamentales” y consolidan un sistema en el que la represión se utiliza como herramienta política para mantener el control social.
El factor diplomático: conflicto con Israel y aislamiento internacional
La guerra de los doce días con Israel sirvió de catalizador para un reforzamiento del control interno. Mientras Irán denunciaba ataques israelíes sobre objetivos en su territorio -incluida la prisión de Evin, donde murieron varios detenidos-, el gobierno intensificó la censura y las detenciones preventivas bajo el argumento de seguridad nacional.
Diplomáticamente, el informe de la ONU agrava el aislamiento internacional del régimen, ya bajo sanciones por su programa nuclear y su apoyo a milicias regionales. Teherán acusa a la ONU de parcialidad, pero las conclusiones de la misión confirman que la represión posterior a la guerra con Israel no fue una reacción improvisada, sino una política planificada para silenciar la sociedad civil.
Conclusión: la represión como política de Estado
El informe concluye que la República Islámica de Irán mantiene un patrón institucionalizado de represión, que se agrava en contextos de conflicto o crisis internacional.
Sara Hossain y su equipo recomiendan que el Consejo de Derechos Humanos mantenga la misión activa y explore mecanismos de rendición de cuentas internacionales ante las violaciones documentadas.
Para la comunidad internacional, el mensaje es claro: la represión en Irán no responde a la coyuntura bélica, sino a una estrategia permanente de control político.

La entrada Irán endurece su represión interna tras la guerra con Israel, según la ONU se publicó primero en Aurora Israel Noticias en Español.
