La inteligencia ucraniana reivindicó la destrucción de una infraestructura estratégica que abastecía al Ejército ruso. El ataque, ejecutado en el distrito de Ramenskoye, marcó un nuevo punto de inflexión en la guerra al alcanzar el corazón energético de Rusia.
Ataque contra la infraestructura estratégica rusa
La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR) confirmó haber destruido el 31 de octubre de 2025 el oleoducto circular que abastece de gasolina, diésel y combustible de aviación al Ejército ruso. La operación se realizó en el distrito de Ramenskoye, en la región de Moscú, alcanzando un objetivo considerado hasta ahora impenetrable.
Según la GUR, los tres hilos del oleoducto fueron alcanzados simultáneamente, dejando fuera de servicio una infraestructura vital para la logística militar rusa. Imágenes difundidas por Kiev mostraron explosiones en cadena en medio de la noche.
Respuesta y censura en Rusia
Los servicios de emergencia rusos fueron desplegados de inmediato, mientras las autoridades de Moscú evitaron confirmar oficialmente el incidente. Diversas fuentes locales reportaron cierres de carreteras y movimiento de unidades del FSB en la zona. Medios estatales rusos ofrecieron versiones contradictorias, sugiriendo un accidente técnico, mientras usuarios en redes sociales difundían imágenes de las explosiones.
Estrategia ucraniana de guerra profunda
El ataque forma parte de la estrategia ucraniana de extender la guerra a la retaguardia rusa, buscando debilitar sus recursos energéticos y forzar a Moscú a redistribuir sus defensas. En los últimos meses, Kiev ha intensificado operaciones contra refinerías, depósitos y rutas de suministro en las regiones de Kursk, Briansk y Tula, en coordinación con las Fuerzas de Operaciones Especiales (SSO).
Noche de ataques masivos rusos
Horas después del sabotaje, Rusia lanzó una oleada de 223 drones contra Ucrania, de los cuales 206 fueron interceptados, según el mando aéreo ucraniano. Los ataques dañaron infraestructuras energéticas en Poltava y otras zonas del centro y este del país. Pese a la magnitud del asalto, no se registraron víctimas.
Implicaciones geopolíticas
El ataque al oleoducto circular de Moscú representa un salto cualitativo en la guerra, al alcanzar el núcleo de la infraestructura energética rusa. Washington y la OTAN evitaron pronunciarse públicamente, mientras que analistas militares señalan que Ucrania busca demostrar capacidad estratégica y autonomía operativa más allá de sus fronteras. El incidente reaviva el debate sobre los límites del apoyo occidental a Kiev.
La guerra, que se extiende ya más de tres años, entra así en una fase donde los ataques simbólicos y la guerra de inteligencia adquieren un peso determinante. Ucrania insiste en que su objetivo no es la destrucción civil, sino el debilitamiento del aparato militar ruso.
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