La renuncia, desaparición y arresto de la ex abogada general militar Yifat Tomer-Yerushalmi sacuden a la jerarquía legal y política de Israel
Del video filtrado al escándalo nacional
La difusión de un video desde el centro de detención de Sde Teiman, que mostraba el presunto abuso de un detenido gazatí por parte de soldados israelíes, provocó una de las mayores tormentas institucionales en los últimos años.
La entonces abogada general militar, mayor general Yifat Tomer-Yerushalmi, admitió haber estado detrás de la filtración y renunció a su cargo, desencadenando una serie de investigaciones policiales y tensiones entre el Gobierno, la Fiscalía y el sistema judicial.
Una nota, una desaparición y un arresto
Horas después de su renuncia, Tomer-Yerushalmi desapareció de su domicilio en el área de Tel Aviv. Los medios hebreos informaron que dejó una nota que decía: “Los amo, cuídense” o, según otras versiones, “No miren atrás”.
La policía rastreó su teléfono hasta la costa de Herzlía, donde finalmente fue hallada con vida. Tras someterse a un examen físico, fue arrestada junto al ex fiscal militar jefe, coronel Matan Solomosh, bajo sospecha de obstrucción a la justicia y de encubrimiento de la filtración mediante informes falsos entregados a superiores.
La investigación y la pugna institucional
El caso escaló al plano político cuando el diputado del Likud Avichay Buaron, apoyado por la organización legal conservadora Lavi, presentó una petición ante el Tribunal Supremo para impedir que la fiscal general Gali Baharav-Miara participara en la investigación, alegando conflicto de intereses.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, acusó a Baharav-Miara de mentir ante el Tribunal Superior e insinuó que estaba al tanto de la filtración. La fiscal general rechazó las acusaciones y sostuvo que no existía base legal alguna para apartarla del proceso.
El choque entre el ministro y la fiscal amenaza con derivar en una crisis constitucional, especialmente si Levin designa otro funcionario para dirigir la pesquisa, creando incertidumbre sobre la autoridad de las agencias judiciales y de seguridad. Un fallo del Tribunal Supremo podría definir los límites de competencia en este inusual enfrentamiento.
Impacto político y moral
El caso Sde Teiman ha dejado expuesta la frágil relación entre los estamentos militares, judiciales y políticos de Israel. Lo que comenzó como una denuncia interna terminó convertiéndose en un símbolo de la tensión entre transparencia institucional y disciplina militar.
La figura de Tomer-Yerushalmi, que en un principio representaba la integridad del sistema legal castrense, se transformó en el centro de un debate sobre responsabilidad ética, filtraciones y autoridad civil sobre el ejército.
Epílogo abierto
Mientras la justicia continúa su curso, la sociedad israelí observa con mezcla de desconcierto y preocupación cómo un caso puntual se ha convertido en una grieta institucional.
La pregunta que sobrevuela ahora las esferas políticas y militares es si este episodio servirá para reforzar los mecanismos de control y confianza o si, por el contrario, abrirá un nuevo capítulo de enfrentamientos dentro del aparato estatal.
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