¿Quién tiene derecho a hablar en nombre del pueblo judío?

Para hablar en nombre del pueblo judío, primero debes saber qué significa ser judío.

Todos hemos oído las voces anti-Israel que hablan “como judíos”, insistiendo en que los judíos deben separarse del estado de Israel. Y una vez que declaran “como judío”, parece que todo vale: blanquear la violencia antisemita, ignorar la masacre de nuestro pueblo, hacer la vista gorda ante la toma de rehenes… todo mientras presumen de su judaísmo y se alinean con quienes desean destruir Israel en lugar de vivir en paz.

¿Quién tiene hoy derecho a hablar en nombre del pueblo judío?

Hannah Einbinder pidió “Palestina libre” al aceptar su premio Emmy. Más tarde, dijo que es su obligación distinguir entre el judaísmo y la cultura judía por un lado y por otro el estado “etno-nacionalista” de Israel.

A todas las Hannah Einbinders del mundo, extiendo mi mano y las invito a un viaje de autodescubrimiento espiritual. Ser judío significa que tienes un gran legado por explorar. Nuestra conexión con la tierra de Israel es más que una cultura o un movimiento nacionalista. Nosotros, el pueblo judío, hemos regresado a casa después de 2.000 años. Aunque viajamos a los cuatro rincones del mundo y soportamos toda clase de persecución, nunca olvidamos a Jerusalem. Incluso hoy, en cada jupá se escucha el sonido del vidrio roto, recordando nuestro majestuoso Templo en ruinas. Cada Séder de Pésaj concluye con “El próximo año en Jerusalem”. El pueblo judío e Israel comparten un mismo latido. Si juntos somos un cuerpo, entonces Israel es nuestra alma.

Quizás no todos estemos de acuerdo en las políticas, y cada quien tiene derecho a expresar sus opiniones. Pero sepan esto: Israel es parte de nuestra herencia como judíos. A Abraham y Sará, los primeros judíos, se les prometió que esta tierra sería una herencia eterna para sus hijos.

Para representar al pueblo judío, debes ser más judío que el sonido de tu apellido. Para hablar en nombre del pueblo judío, primero debes saber qué significa ser judío.

¿Cómo puedo hablar “como judío” si soy indiferente a mi historia? Desechar mi gran legado, no conmoverme por mi travesía, ignorar mis raíces… eso es arrojar al viento mi derecho de nacimiento. Mientras el mundo reescribe nuestra historia, me convierto en el judío simbólico que repite sin saberlo grotescas falsedades sobre la dominación judía y el genocidio. Como un cáncer maligno, su propagación viral devasta y destruye.

Después del Holocausto, el mundo estaba listo para decir Kadish por los judíos. Sin embargo, de algún modo inhalamos muerte y exhalamos esperanza. La tierra que yacía estéril, esperando silenciosamente a sus hijos, floreció una vez más. Una nación de huesos secos encontró la fuerza para reconstruir. Un pueblo quebrado comenzó a sanar milagrosamente.

Hablo como una niña nacida sobre las cenizas del Holocausto. Vivo con las almas de quienes perecieron. Se sientan a mi mesa, flotan sobre mí y no me dan descanso. Mis abuelos, tías, tíos, pequeños primos… todos asesinados. Nos dicen ¡zajor — recuerda! Recordar es saber por qué lucho, por qué me levanto y cuál fue el mundo que perdimos. Nadie se levantó por nosotros. No había a dónde ir. Tenemos la responsabilidad y la misión de la memoria.

Ahora, cuando el mundo del revés, cuando lo incorrecto es correcto y el asesinato está justificado “por cualquier medio”, tenemos el poder de elevarnos sobre la oscuridad. Somos una nación que ha resistido la esclavitud, el sufrimiento y la matanza. Hemos llevado la luz de los valores judíos al mundo. Nos hemos negado a quebrarnos. Nuestras tradiciones nos elevan, nuestra fe nos fortalece. Dentro de cada judío permanece una chispa esperando encenderse. El fuego dentro de nosotros está lleno de amor por la vida, por la unidad y sí… por nuestra tierra. A pesar del dolor y el sufrimiento, no encontrarás rabia ardiente, sino un deseo ferviente de triunfar sobre el mal.

Es hora de preguntarnos: ¿Qué amo de mi judaísmo? ¿Cómo puedo conectarme con mi pueblo? ¿Conozco mi historia?

“Como judío” significa que eres parte de una familia increíble. Podemos vernos diferentes, vestir diferente, hablar distintos idiomas… pero somos un solo pueblo. Llévanos en tu corazón. Aprende el secreto de la resiliencia judía. Aférrate a la fuerza de nuestra nación. Conoce de dónde vienes. Ama la tierra de leche y miel, mientras el sol dorado se eleva sobre Jerusalem y el cielo besa la tierra. Esta es tu herencia eterna.

Por: Slovie Jungreis-Wolff 

Fuente: Aish Latino

 

Slovie Jungreis-Wolff es una escritora independiente e instructora en relaciones personales y educación. Ella es la hija de la Rebetzin Esther Jungreis, fundadora de Hineni Internacional. Slovie ha enseñado clases en Hineni para parejas jóvenes sobre educación durante más de quince años. Su libro, “Raising A Child With Soul” (Criando a un Niño con Alma), ha salido recientemente al mercado por la editorial St. Martin Press.