El periodista Guillermo Atlas, desde Frankfurt, alertó sobre el “peor momento que vive la democracia alemana desde la caída del Muro de Berlín”, citando las recientes declaraciones del presidente Frank-Walter Steinmeier. En diálogo con Pensando las Noticias, Atlas analizó el discurso del mandatario alemán y su llamado a proteger la democracia frente a los extremismos políticos.
“El presidente Steinmeier recordó que la República no puede esperar a que pase la tormenta. Debe actuar con los instrumentos del Estado de derecho”, señaló Atlas, en referencia al mensaje oficial pronunciado en el aniversario de la Kristallnacht. Explicó que el concepto de “democracia militante” cobra relevancia en este contexto: “Debe perseguir la incitación al odio, blindar la independencia judicial y exigir lealtad al orden liberal democrático”.
Según Atlas, el ascenso del partido Alternativa para Alemania (AfD), de corte ultraderechista, es un síntoma alarmante. “Hoy la AfD está empatada con la Democracia Cristiana. Es un síntoma muy preocupante”, remarcó, advirtiendo que “coquetear con los extremistas o intentar neutralizarlos desde adentro no sirve para nada. Ya lo vimos en el siglo XX: el nazismo también llegó desde la democracia”.
En Alemania, el riesgo para la democracia y la seguridad proviene de forma desproporcionada de la ultraderecha. Esta concentra la mayoría de la violencia política grave y los planes terroristas, tiene redes organizadas (p. ej., neonazis, Reichsbürger), capacidad de infiltración y un discurso que estigmatiza minorías y erosiona normas constitucionales.
La ultraizquierda supone un peligro menor y más localizado: predominan daños a la propiedad, sabotajes e incidentes de orden público; su capacidad letal actual es baja (muy lejos de la era de la RAF) y se circunscribe a escenas urbanas específicas.
No son riesgos comparables en magnitud ni letalidad previstas: la ultraderecha es, hoy, el vector principal; la ultraizquierda sigue siendo vigilada porque puede escalar en sabotajes críticos, pero su amenaza sistémica es menor.
Aquí van los datos que lo sostienen:
En 2023 se registraron 60.028 delitos políticos en Alemania; de ellos, 28.945 fueron de extrema derecha (1.270 violentos) frente a 7.777 de extrema izquierda (916 violentos). AP News+1
En 2024 la violencia de extrema derecha dejó 1.068 personas heridas, la de extrema izquierda 377 (cómputo oficial de lesionados por motivación). BMI Rechner
El potencial de personas de extrema derecha creció a 50.250 en 2024 (15.300 “violentos”); el de extrema izquierda fue de 38.000 (11.200 “violentos”). Bundesamt für Verfassungsschutz+1
Los delitos de extrema derecha subieron un 47,4% en 2024 (37.835 en total; 1.281 violentos). Los de extrema izquierda crecieron ~38% (5.857). Bundesamt für Verfassungsschutz+1
Conclusión: no es comparable en magnitud ni letalidad prevista; hoy el vector principal del riesgo interno es la extrema derecha.
El especialista subrayó que Alemania aún cuenta con una sociedad civil activa y mecanismos legales sólidos: “Hay una sociedad que condena cualquier acto antidemocrático, antisemita o racista. Eso me da esperanza. No podemos negar el peligro, pero el país todavía cuenta con herramientas sanas, una especie de vacunación contra el extremismo”.
En cuanto al debate migratorio, Atlas consideró que la integración es un desafío pendiente. “Una buena parte de la inmigración musulmana, sobre todo la turca y la siria, está integrada. Pero otros grupos siguen al margen. No se trata de racismo, sino de respetar las leyes y la Constitución. El que no lo hace, debe enfrentar las consecuencias”, afirmó.
Finalmente, advirtió sobre los intentos de normalizar los discursos extremistas tanto desde la derecha como desde ciertos sectores de la izquierda: “No hay diferencia entre una derecha antidemocrática y una izquierda antidemocrática. Ambas son un riesgo para la convivencia”.
Escuche la entrevista completa.
De Berlín a Frankfurt: la fuerza de las manifestaciones antiisraelíes que preocupa – Guillermo Atlas
