El análisis proyecta 1,35 millones de muertes adicionales y hasta 18 millones de refugiados internos durante la próxima década si persisten las condiciones actuales.
El Foro de Oriente Medio publicó hoy un informe exhaustivo que documenta la trayectoria acelerada de Irán hacia el fracaso del Estado impulsado por una catastrófica crisis del agua.
El informe, “La sed de una nación: la trayectoria impulsada por el agua de Irán hacia el fracaso del Estado y un plan para la recuperación”, proporciona una clara evidencia de que la capital de Irán, Teherán, enfrenta condiciones inminentes de “Día Cero” y presenta un plan de recuperación detallado que requiere una planificación de contingencia internacional inmediata.
El informe, escrito por Guy Goldstein y Rebecca Bar-Sef, revela que Irán ha entrado en un estado de “bancarrota del agua” permanente en el que la demanda nacional supera con creces la oferta renovable.
Esta crisis políticamente diseñada, resultante de décadas de mala gestión y corrupción centrada en el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), ha desencadenado fallas en cascada en toda la infraestructura crítica.
El análisis proyecta 1,35 millones de muertes adicionales y hasta 18 millones de refugiados internos durante la próxima década si persisten las condiciones actuales.
“Este informe expone la consecuencia final del mal gobierno autoritario: la destrucción física de la capacidad de una nación para mantener la vida”, dijo Gregg Roman, director ejecutivo del Foro de Medio Oriente.
“El régimen iraní no solo no ha logrado administrar los recursos hídricos; ha destruido sistemáticamente tres milenios de administración del agua persa con fines de lucro.
La admisión del presidente Pezeshkian de que Teherán debe ser reubicado representa un reconocimiento sin precedentes del fracaso del Estado.
La comunidad internacional debe prepararse ahora para las implicaciones humanitarias y de seguridad del colapso de Irán”.
El informe documenta cómo el conglomerado de construcción del IRGC, Khatam al-Anbiya, ha creado lo que los activistas iraníes llaman una “mafia del agua” que se beneficia de megaproyectos ecológicamente destructivos.
El desastre de la presa de Gotvand, que convirtió el río Karun en una fábrica permanente de salmuera, ejemplifica esta corrupción: un proyecto que se disparó de $ 1.5 mil millones a $ 3.3 mil millones mientras destruía 400,000 palmeras datileras y envenenaba el suministro de agua para millones.
Inteligencia reciente confirma que la crisis ha entrado en una fase terminal.
Las reservas de agua en la presa crítica de Karaj que abastece a Teherán se han desplomado un 75 por ciento año tras año a solo 28 millones de metros cúbicos, mientras que el déficit nacional de electricidad ha alcanzado los 25.000 megavatios, lo que ha provocado apagones generalizados que paralizan aún más la infraestructura de bombeo de agua.
“El contraste con las historias de éxito regionales no podría ser más marcado”, observó Winfield Myers, editor gerente del Foro de Medio Oriente.
“Mientras Israel logra la seguridad hídrica a través de la desalinización y el reciclaje, y Arabia Saudita implementa su estrategia de agua Visión 2030, el régimen de Irán duplica las prácticas corruptas que crearon esta crisis. El proyecto de reubicación de capital propuesto de $ 100 mil millones no representa una solución, sino la manifestación definitiva del modelo comercial depredador de la mafia del agua: diseñar desastres para justificar contratos lucrativos”.
El informe presenta un plan detallado para la recuperación centrado en un Consorcio Internacional de Recuperación de Agua que uniría la experiencia de Israel (tecnología y gobernanza), Australia (sistemas de asignación de agua), Singapur (gestión del agua urbana), los Países Bajos (gobernanza local del agua) y los estados del Golfo (financiamiento).
Sin embargo, este plan de recuperación requiere una transición política fundamental en Irán, ya que la supervivencia del régimen actual depende de la propia corrupción que impulsa la crisis.
La recomendación principal del informe pide la formación inmediata de un Grupo de Trabajo de Recuperación de Agua de Irán “en la sombra” por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y las naciones del G7.
Esta planificación proactiva de contingencia prepararía capacidades de respuesta de emergencia, establecería protocolos de gestión de crisis humanitarias e involucraría a las partes interesadas regionales en la gestión de los efectos indirectos del posible colapso del Estado iraní.
El informe completo está disponible aquí.
